José Antonio Adell y María Jesús Lamora comparten mucho más que una vida en común: también una sensibilidad hacia la poesía como medio de expresión y puente con los demás. El libro Poemas de Lamora y Adell nace de esa complicidad creativa. Aunque cada uno posee una voz distinta —él, más vinculado a la tierra, la historia, etnología y tradición; ella, más íntima y nostálgica—, sus versos se encuentran y dialogan, formando un conjunto plural y lleno de matices.
José Antonio empezó a escribir cuando rondaba los treinta años. En sus inicios, sus escritos se centraron en temas históricos y de etnología, sobre todo relacionados con Aragón y la Ribagorza. Con el tiempo, su enfoque se amplió hacia la novela histórica.
La poesía, en su caso, no fue una sorpresa ni una decisión repentina, sino una incorporación natural a su proceso creativo. “Deja la misma satisfacción y disfrute que la prosa”, dice, y la considera otro vehículo de expresión dentro del mismo mundo literario.
La obra de Adell se caracteriza por su conexión con la cultura popular y por un fuerte vínculo con el patrimonio inmaterial y la tradición oral, temas que aborda desde su perspectiva como escritor. Después de 45 libros, participar en 50 obras colectivas y escribir más de 850 artículos, éste es su primer poemario.
María Jesú Lamora, por su parte, lleva la poesía en la piel desde niña. Su primer recuerdo relacionado con este género es en su infancia, cuando, durante los veranos en casa de su madre en Víu de Foradada, solía escribir versos, que considera "pequeñas cápsulas del tiempo", y los escondía en los muebles de la casa.
A lo largo de su vida, la poesía siempre ha sido una constante, no solo en su faceta de escritora, sino también en su labor docente. Como profesora, recuerda cómo cada semana dedicaba un día a la creación literaria con sus alumnos, algo que ellos recuerdan con cariño y que marcó una huella en su aprendizaje.
Además de la poesía, María Jesús ha cultivado también el relato breve. En este campo, ganó el primer premio en el certamen Luis del Val de Sallent de Gállego y el segundo de relato de Binéfar, y su relación con la prosa también es muy importante. Escribe cada mes en la revista Somos Litera, donde da voz a personas que no aparecen en los libros pero que tienen historias personales muy valiosas.
En sus redes sociales, también mantiene una actividad muy activa, donde no solo comparte poesía, sino también fotografía y reflexiones sobre Aragón. “La poesía y el relato siempre han sido mi mundo”, afirma.
UNA CREACIÓN CONJUNTA
En cuanto a la selección de los poemas que componen este libro, José Antonio y María Jesús aseguran que el proceso fue fluido. "Si alguno proponía añadir un poema, el otro encantado", asegura Lamora.
La selección de los poemas que finalmente forman parte del libro fue un proceso que enriquece el resultado final, ya que se entrelazan los estilos personales de ambos. José Antonio, más centrado en la tierra, el paisaje y la cultura de Aragón; y María Jesús, más emocional, introspectiva y conectada con el alma humana. Juntos han logrado un libro plural y enriquecido por sus diferencias.
Aunque algunos textos quedaron fuera debido al limitado espacio, ninguno de los dos lo vivió como una pérdida. “La selección es la que es, y está bien así”. La escritora valora especialmente el proceso creativo y, como es de esperar, disfrutaron al máximo de la experiencia de trabajar juntos. Recuerda que ambos colaboran no solo como pareja y padre y madre de dos hijas, sino también en actividades culturales y de voluntariado.
Uno de los proyectos en los que ambos están involucrados es la sección semanal que publican en redes sociales bajo el título Aragón con Lamora y Adell. Son vídeos breves en los que José Antonio divulga aspectos de la historia y cultura aragonesa, mientras María Jesús los presenta. “Yo misma aprendo muchísimo con ellos", reconoce.
El libro Poemas de Lamora y Adell ha tenido un especial significado para ambos, especialmente porque lo han dedicado a sus hijas, María y Ana. “Es algo muy bonito para nosotros y para ellas".
COMPARTIR VIVENCIAS
Después de su primera presentación en Binéfar, el libro continuará su recorrido por lugares como San Esteban, Tamarite, Monzón y Barbastro. María Jesús resalta que el objetivo de estas citas no se limita a la distribución de ejemplares, sino que busca establecer conexiones con el público y compartir las vivencias que inspiraron los poemas. Lo que más valora de estos encuentros es el contacto con la gente y la oportunidad de transmitir las historias que se ocultan tras cada verso. “Estoy convencida de que la poesía acerca a las personas. Todos hemos vivido momentos intensos que pueden plasmarse en un poema".
“La poesía, como cualquier forma de arte, nos recuerda que existe algo más allá de lo material"
La autora considera que la poesía ha dejado de ser un arte inaccesible o distante para convertirse en algo cercano y cotidiano. Se identifica con la llamada poesía de la experiencia, esa que surge de lo vivido, de las emociones humanas que compartimos todos en algún momento. “Conecta de forma directa con los demás.” Para ella, la poesía tiene el poder de crear un vínculo emocional, espiritual e incluso psicológico entre los lectores, como si un hilo invisible uniera a las personas.
En un mundo dominado por lo material y lo inmediato, María Jesús subraya la importancia de tomarse un tiempo para reflexionar y mirar más allá de lo tangible. “La poesía, como cualquier forma de arte, nos recuerda que existe algo más allá de lo material".
Entre los poetas contemporáneos que más le apasionan, menciona a Gil de Biedma, Angélica Morales y Aurora Luque, aunque también disfruta de los clásicos.