Mi Pequeña Semana Santa de Carlos Jalle González, organizada con la Archicofradía de la Vera Cruz, ha abierto sus puertas en la nave 4 del Centro Cultural Manuel Benito Moliner en la que se puede considerar, en miniatura, la primera procesión de este tiempo religioso, con las pequeñas piezas creadas por el fotógrafo de las grandes celebraciones de la ciudad. Una iniciativa a beneficio de la Asociación Parkinson Aragón como en las dos anteriores ediciones, y que se prolongará hasta el 9 de abril.
En la inauguración, han participado el prior de la Archicofradía, Fernando Altemir, los mayordomos primero y segundo, José María Río y José Luis Gómez-Mairal. La Semana Santa queda reflejada, como ha expresado el autor, en penitentes efectuados con materiales recicladas (botellas, latas...) envueltos en telas, sea en su desfilar en solitario o armónicamente en sus cofradías. Como novedades principales aportadas por la Archicofradía, el Paso del Ángel que no procesiona desde 1944 porque las supersticiones le atribuían efectos maléficos sobre las casas ante las que se detenía, y un precioso vestido azul que La Dolorosa lució por primera y última vez en 1959 y en Sábado Santo. No gustó y desde entonces hasta esta exposición ha reposado en las dependencias de la Archicofradía.
Fernando Altemir, antes de bendecir la exposición, ha afirmado que "cualquier artista plasma con sus manos lo que ven sus ojos y lo que siente en el corazón. Eso se llama contemplación. Aquí hay muchas horas de contemplación, una contemplación profesional como fotógrafo, aquí hay una contemplación de alguien que ama la Semana Santa y hay una contemplación de un creyente. Si no, no sería explicable el detalle y el espíritu que eres capaz de insuflar en este material reciclado". El prior se ha mostrado orgulloso de tenerle en la Vera Cruz y ha deseado que sean muchos los años "que tengamos la fortuna de poder tener tu trabajo, tu disponibilidad y tu rapidez al responder a nuestras necesidades".
La exposición está perfectamente señalada para seguir un orden similar al de la Procesión del Santo Entierro, salpicado con auténticas curiosidades. Por otro lado, junto a la puerta hay un pequeño mostrador con objetos simbólicos de la Semana Santa cuyas ventas van a paralizar a Parkinson Aragón.