Un equipo multidisciplinar compuesto por historiadores del arte, arqueólogos, medievalistas y arquitectos está trabajando en la recuperación del "patrimonio tanto cultural como material de una de las juderías más importantes de Aragón, probablemente la segunda, en la que habitaron unas seiscientas personas con unos perfiles determinados, artesanos especializados como perleros y argenteros, y realmente hay que recuperar no sólo el trazado urbano, los microespacios y los archivos".
El profesor Miguel Ángel Motis, acompañado por el arqueólogo Antonio Hernández Pardo y los historiadores oscenses Antonio Naval Mas y Antonia Buisán, ha visitado la zona de la judería, los capiteles y el aljibe de la copistería de la Plaza Mesnaderos, siempre solícitos para enseñar las maravillas arquitectónicas que albergan, además de la antigua Sinagoga. Esta iniciativa abanderada el Instituto de Estudios Altoaragoneses y ejecutada por la Universidad San Jorge analiza archivos como el de la Catedral, el Histórico Provincial, el de la Inquisición y el Municipal.
"Rescatamos todos los documentos que se refieran a la judería para recuperar tanto el trazado urbano como los microespacios y la sociología de la judería. Se trata de recobrar y dar valor a una de las herencias cruciales de la ciudad de Huesca, sin la cual no se podría entender en todo su contexto lo que supuso en los siglos XIV y XV", afirma el profesor Motis.
Considera el investigador que representa una gran oportunidad para traer a nuestra identidad colectiva "las historias personales de todos aquellos judíos que se sentían oscenses e intentaron ser felices todos los días de su vida, y que colaboraron en la construcción de la ciudad. Recuperar las memorias, las palabras y las biografías de esas personas. No solamente ese patrimonio material, que sí, sino esas biografías que transitaron por la carrera mayor de la judería en la que nos encontramos. Y ante un lugar, la Sinagoga Menor, en la que ellos rezaron y alzaron sus oraciones cotidianamente".
A la hora de expresar sus deseos, sería importante "una delimitación de la antigua judería, una señalización. Dicen los judíos que, si no nombras, no existe. Hay que denominar, designar, delimitar lo que era el barrio, darle una mayor protección jurídica ante los posibles hallazgos y, sobre todo, recuperar el orgullo de los vecinos por habitar un barrio tan especial. Y ya que se ha perdido una parte de este patrimonio, que no se pierda nada más jamás de ahora en adelante. Que todos nosotros queremos ser custodios del pasado que es presente para que, de aquí en adelante, todas las autoridades sean conscientes de que es un patrimonio muy vulnerable, y que nosotros debemos poner todas las medidas posibles para que no se pierda ni la memoria ni el patrimonio tangible, es tan importante uno como el otro".
El equipo ha analizado cinco mil documentos, la trama urbana, la sociología y la configuración de las sinagogas mayor y menor, "un microuniverso que tenia su hospital y que ofrecía prestaciones sociales y religiosas. Recuperar la memoria e historia de los judíos que tuvo su época de esplendor en los siglos XIV y XV, con sus aparejos y otros materiales. Recuperar fotos antiguas, hacer planimetrías, recrear la red urbana, las pistas, con la tecnología que nos permite hacer estudios axionométricos. También el fondo documental, las compraventas, alquileres, los documentos hebreos". Y todos esos oficios, como los de "mercaderes, sederos y perleros, argenteros, zapateros, tejedores de lana, lino y cáñamo... Trabajaban para el rey y también realizaban las jocalías para las iglesias. de Huesca". Aunque materialmente la recuperación no es fácil por las reformas efectuadas en la zona en los sesenta del siglo pasado, palmo a palmo y durante el presente curso este equipo avanza en el conocimiento y en las propuestas que serán trasladadas a las administraciones.