En el más difícil todavía, el grupo de teatro del Centro Juvenil de los Salesianos Huesca acercará a los espectadores las sensaciones impresionantes que disfrutan quienes se desplazan al Teatro Lope de Vega de Madrid para uno de los musicales más reputados de la historia, El Rey León, con el mérito extraordinario de esa sinfonía amateur de actores, actrices, monitores, técnicos, madres en la confección del vestuario y voluntarios que convierten en realidad la ficción de un montaje descomunal.
Cada año, trabajan y realizan obras exigentes como High School Musical, Mamma Mia, Grease y Hércules, siempre con desinterés y con espíritu de colaborar en determinados gastos del centro en condiciones normales o extraordinarias como la inundación que sufrieron hace un par de años dependencias en las que desarrollan sus actividades el Centro Juvenil o el Club de Amigos. Diez monitores dirigen cada musical con participación de más de 50 intérpretes de entre 12 y 16 años, una veintena de colaboradores (vestuario, maquillaje, tramoya, luces, sonido y otras actividades teatrales) y otros voluntarios.
Lo de este año es una auténtica audacia. Este domingo 25, el 30 de mayo y el 1 de junio está programado El Rey León, una obra cumbre, maestra, inspiradora y didáctica. A las tres funciones planificadas, se suma una cuarta el 7 de junio, y es que a estas alturas las tres primeras ya habían completado la sala de butacas y sólo quedan entradas para anfiteatro.
El prodigio ha sido posible a golpe de muchísimos ensayos. Desde octubre, todos los viernes se han destinado dos horas a ensayos, que se han ido redoblando para ir perfilando una conjunción milimétrica. La versión adaptada de "Él vive en ti" se apoya en muchas de las manifestaciones plásticas y musicales de la representación que, desde 2011, abarrota día tras día el Teatro Lope de Vega madrileño.

Están profundamente orgullosos sus directores, Lorenzo Mur e Izarbe Ripoll, cuando ha concluido el último ensayo antes de relajarse para salir con todo el domingo. "Hay muchas horas de trabajo y una cooperación increíble. Quince madres han hecho una labor espectacular con el vestuario. El papel del técnico de la Pasión con las luces y el sonido es espectacular. Y los jóvenes dan todo el talento que tienen. Hay mucho esfuerzo detrás, pero merece la pena".
En las mentes de todo el equipo, ya se visualizan las expresividades de Nala (interpretada de joven por Sara López y de mayor por Julia Allué) o de Simba (Daniel Estepa y Marcos Labarta respectivamente). Todo está mimado hasta el extremo, las hienas se harán tan odiosas (un punto menos) como Scar, Mufasa y Sarabi enternecerán, Pumba y Timón harán reir, Zazú revoloteará por la imaginación de todos y Rafiki, cómo no, aportará sabiduría. Al final, durante cuatro sesiones, alcanzará el grado de sublimación el ciclo sin fin que lo envuelve todo. A disfrutarlo.
