Dentro de los actos que se han organizado en el Encuentro Internacional Pro Vniuersitate Sertoriana: Humanismo, Humanidad y Humanidades, se ha realizado este jueves en Huesca una ruta por los lugares más emblemáticos que albergaron la Universidad Sertoriana, la primera del Reino de Aragón y la quinta de España. Huesca fue, por derecho propio, una ciudad universitaria, como Salamanca, Valladolid, o Lérida.
El doctor Mariano Rodríguez y el historiador Antonio Naval Mas, miembros de Studiosi Pro Vniuersitate, han sido los encargados de guiar a los asistentes, tanto de Huesca como de distintas partes de España y de Portugal, en este interesante y magnífico recorrido, lleno de saber y de cultura que todos los ciudadanos, sobre todo oscenses, deberían conocer.
Mariano Rodríguez ha comenzado la ruta en la plaza de la Universidad, con una introducción sobre el origen de la institución. Ha explicado que el edificio, actual sede del Museo Provincial de Huesca, fue obra del arquitecto oscense Francisco José de Artiga en 1690, se ubicó adherido al Palacio de los Reyes de Aragón y destaca por su sobriedad, con influencias herrerianas. La portada es barroca, esculpida sobre piedra arenisca. Ya en el patio interior, Rodríguez ha destacado su diseño octogonal, posiblemente uno de los pocos que existen en España, por no decir el único.
También ha hablado del privilegio real concedido por Pedro IV a la ciudad de Huesca el 12 de marzo de 1354 para fundar una universidad, hasta su cierre en 1845, en beneficio de la universidad de Zaragoza, hecho que no se debió haber producido nunca.
El recorrido ha seguido de la mano del historiador Antonio Naval Mas, en el Salón del Trono, antiguo Paraninfo o Teatro de la Universidad, estancia donde se celebraban los actos más solemnes de la vida universitaria oscense. Naval ha explicado cómo la universidad decoró la sala con una espléndida colección de pintura, con obras de Juan Andrés Merklein, así como con retratos de personajes vinculados a la Universidad de Huesca, entre los que destacan dos pintados por Francisco Bayeu. Estos cuadros, actualmente se encuentran en otras salas del Museo que Mariano Rodríguez, posteriormente, ha comentado. La sala también poseía tribunas con asientos, típicas de los paraninfos universitarios. Este conjunto se mantuvo intacto hasta el siglo XX.
Mariano Rodríguez ha continuado con la Sala de doña Petronila, que antiguamente albergó la biblioteca de la Universidad Sertoriana y que llegó a poseer cerca de 23.000 volúmenes, conservados en los fondos de la Biblioteca Pública de Huesca. El grupo ha proseguido la visita hacia la Sala de la Campana, antigua cárcel universitaria. Como dato curioso, Rodríguez ha comentado que Santiago Ramón y Cajal, durante su estancia como estudiante en la institución estuvo, en alguna ocasión, castigado allí.
Como colofón al recorrido por el Museo Provincial de Huesca, la visita ha concluido con la sala que acogía la antigua Capilla universitaria. Esta sala conserva in situ el retablo barroco de la antigua capilla de la Universidad Sertoriana, de la que recibe su nombre. Obra de Tomás Vicién de comienzos del siglo XVIII está decorado con pan de oro y policromado.
COLEGIO IMPERIAL DE SANTIAGO
El grupo se ha dirigido al Colegio Imperial de Santiago, adosado al Ayuntamiento de la ciudad, que fue colegio mayor universitario, fundado en el siglo XVI para juristas vinculados a la Universidad Sertoriana.
Mariano Rodríguez, con unas explicaciones muy pormenorizadas, ha comentado las distintas estancias del Colegio, el uso que tenían antaño y el actual, como el vestíbulo, que actualmente es lugar para celebrar conferencias. Posteriormente el grupo se ha dirigido al extremo del patio donde se encontraba la antigua Capilla del Colegio mayor, de pequeñas dimensiones, con techo decorado mediante una pintura que representa el escudo del colegio acompañado de motivos jacobeos e imperiales. Subiendo por la escalera imperial, en cuya parte central cuelga un curioso pinjante del que pende un águila con las alas desplegadas, se llega a una estancia situada en la última planta que parece haber sido despacho del rector del colegio y que actualmente alberga una parte importante del archivo del Ayuntamiento de Huesca.
Originalmente, el edificio disponía de otras muchas dependencias: estancias para los colegiales, biblioteca, archivo, cocina, granero, pozo y letrinas, hoy desaparecidas.
Mariano Rodríguez ha querido concluir esta ruta sertoriana con un apunte respecto a la lamentable desaparición de la Universidad Sertoriana de Huesca. Rodríguez argumenta que hubiera sido posible la convivencia de la Universidad de Zaragoza con la de Huesca si hubiera habido interés por parte de las autoridades que en ese momento tenía la institución. Ha proseguido haciendo una interesante comparación de Huesca y Zaragoza con Oxford y Cambridge, estas últimas con universidad propia a pesar de ser dos ciudades cercanas la una de la otra y con una censo de población parecido. Haciendo esta semejanza Mariano Rodríguez apunta que no hubiera sido un obstáculo mantener o por lo menos haber intentado mantener las dos universidades hasta la actualidad.