Severino Pallaruelo aborda en "Veintiuna noches" grandes temas universales y el trasfondo de una época

El escritor ha presentado en Huesca su novela más reciente, acompañado por Paco Paricio

22 de Mayo de 2023
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Presentación del libro de Severino Pallaruelo "Veintiuna noches". Foto Myriam Martínez
Presentación del libro de Severino Pallaruelo "Veintiuna noches". Foto Myriam Martínez

Veintiuna noches (Xordica) es el nuevo título de Severino Pallaruelo, una obra que fue pensada como un libro de cuentos, que cobró vida en cuanto el autor le insufló su propia alma y creció para convertirse en una novela que, con la agilidad con la que corre el agua, aborda temas universales como el abandono, el amor, el acoso, el temor a la muerte, o las dudas.

El autor se la ha presentado al público, en un acto que ha tenido lugar el Centro Cultural Ibercaja Palacio Villahermosa y en el que ha estado acompañado por Paco Paricio, director artístico de los Titiriteros de Binéfar, su editor,  Chusé Raúl Usón, y José María Aniés, de la librería Anónima, establecimiento colaborador en la organización del evento. 

Dos desconocidos –una mujer y un hombres– se ven obligados por azar a pasar juntos veintiuna noches en la habitación de un hospital. Los dos son grandes contadores de historias y, cada noche, cuando los pacientes a los que acompañan ya duermen, sus relatos van creando un vínculo muy fuerte entre ellos.

Paco Paricio ha encontrado varios elementos sobre los que se sustenta este trabajo, como son los cuentos, una historia de amor, la enfermedad como el tránsito entre la vida y la muerte, citas literarias y canciones. En un segundo nivel, ha destacado la "galería" de personajes "muy diversos" que ha creado Pallaruelo, como el cura, el presumido, la tía impertinente, o el tirador de maderas.

Ha advertido, además, la presencia de muchos contrastes, como el amor y el odio, el pasado y el futuro, la arquitectura y la naturaleza, el atardecer y el amanecer, y lo laico y lo religioso. "Es el contraste mismo de la vida", ha señalado.

"Es un libro de mucha madurez -ha proseguido, al referirse a un cuarto escalón-, quizá lo hace por la necesidad de explicarse a sí mismo esta sociedad y cómo somos, y no es un retrato amable".

Pacio Paricio considera que del libro se pueden extraer tres ideas filosóficas: "el abandono, que es el hilo conductor en todas las historias", el amor que se está construyendo y la mística, que, en su opinión, "es lo que tiene más carga".

Por último, se ha referido "a un tema muy presente en toda la obra de Severino Pallaruelo, "la naturaleza como bálsamo, lo que nos reconcilia y al lugar al que siempre acudimos". El paisaje siempre es un actor principal en los libros del altoaragonés, siempre acude a terrenos que conoce bien y por los que se mueve con gran seguridad.

El escritor, geógrafo, historiador y etnólogo Severino Pallaruelo, natural de Puyarruego (Huesca), cuenta con una larga trayectoria en el terreno editorial. A lo largo de cuarenta años ha publicado más de veinte libros de diversos géneros, entre los que figuran Pirineos tristes montesUn secreto y otros cuentos, Ruido de zuecos, Pastores del Pirineo, Las navatas, BardaxíGualiRuido de zuecos, y El prodigio, entre otras.

El autor, que ha comparado la presentación de un libro "con un bautizo", ha explicado cómo se había gestado y ha señalado a su editor para indicar que fue él quien le pidió que completara una trilogía, iniciada con Pirineos tristes montes y Un secreto y otros cuentos. 

Después, pensó crear dos narradores que fueran contando y entrelazando las historias. "Pero los personajes terminan apoderándose del relato, fueron creciendo y el libro se convirtió en esta novela, donde el eje central que inicialmente era la colección de cuentos cede su sitio a la relación entre ellos, que termina siendo lo más importante".

Así, poco a poco, el narrador se va empequeñeciendo al lado de la figura femenina, que es quien acaba dominando toda la obra. "Las mujeres tienen un papel muy importante, algunas son muy peculiares, tienen historias duras y dan el tono de la novela".

Por otro lado, Pallaruelo ha explicado a su audiencia que, todas aquellas personas con las que comparte una edad, van a reconocer un mundo que han visto desaparecer y también la Guerra Civil, "una sombra que nos ha influido a todos y que ha sido determinante en la vida de los protagonistas".

Un dato curioso, los personajes de la novela no se identifican con nombres propios, el autor ha asegurado que no eran necesarios y, además, ha confesado también que cada vez le molesta más tener que recordarlos. "¿Qué importa cómo se llaman?", ha preguntado.

Lo cierto es que Severino Pallaruelo ha "disfrutado" mucho escribiendo Veintiuna noches. "No entiendo esa angustia ante el folio en blanco", comenta el sobrabense, que escribe desde que tenía 17 o 18 años, casi nunca pensando en el público, casi siempre haciéndolo para él. "En el fondo, creo que la literatura y todo el arte es solo un orden, parece que hay una necesidad de darle forma a algo que tenemos en el interior. Yo busco ese orden y a veces me sale algo normal y otras, auténticas "marcianadas", que es con lo que más disfruto". 

 

 


 

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