Una gran pintora, escritora, educadora, maestra, con una producción de cinco libros y un sinfín de exposiciones, de obra y de películas que han hecho sobre su figura. Así ha resumido a Teresa Ramón el presidente de Aveletra, José Luis Martín-Retortillo, en el Vermú Literario celebrado en el Casino en torno al poeta Saint-John Perse y su principal creación, Anábasis. De paso, Martín-Retortillo ha anunciado la continuidad de la programación de este curso con la visita a la casa de los Azara en Barbuñales, recital poético incluido. En julio, el Vermú será con literatos que han hecho de los diarios su formato literario. Y en La Lonja del Obispo, a final de julio, en colaboración con la Asociación de Amigos del Museo Diocesano, habrá otra lectura poética.
Teresa Ramón Jarne ha introducido la biografía personal que ha escogido para Alexis Leger, tal fue su nombre real aunque ejerció de poeta como Saint-John Perse, un personaje poco conocido pese a que fue Premio Nobel en 1960. Nació en la isla de Guadalupe, "en pleno Caribe", donde estuvo hasta los 7 u 8 años, y los primeros poemas que leyó marcaron su existencia. "Yo creo que el paraíso existe, en Guadalupe no he estado, pero sí en República Dominicana. Y esto se nota porque él tuvo el lujo extraordinario de nacer y vivir sus primeros años ahí".
Tras su primera obra, Elogios, después de estudiar Derecho, ingresó en el Cuerpo Diplomático para luego ser destinado a la Legión Extranjera, donde estuvo cinco o seis años en China, que "le marcó mucho con su filosofía oriental. Viajar te enseña una montonada de cosas y no en periodos de tocar chufa y volver. A ser posible, tener una estancia larga, como mi amiga Monsita que la tuvo en Argentina. Y yo también he tenido en sitios de un mínimo de un mes y un máximo de tres. Eso te hace conocer a la gente, el sentimiento, la belleza. Cuando dice la gente que el paraíso no existe, yo digo que está en República Dominicana. Es una belleza, primavea constante, todo flores, la gente pobrísima pero no es triste, bailando por las calles, cantando bachata..."
Ha recordado que en 1924 editó Anábasis a la vuelta de China, y fui traducido al inglés, alemán e italiano por los tres grandes poetas del momento en el mundo, T.S. Elliot, Giuseppe Ungaretti y Walter Benjamin. Tras la invasión alemana, fue desposeído por el gobierno de Vichy de su nacionalidad tras habers exiliado a Inglaterra y Estados Unidos. Su piso fue desvalijado y se perdieron todos sus originales. Aceptó un puesto de consejero en la Biblioteca del Congreso. Reunión cuatro poemas en Exilio, donde las circunstancias del destierro fueron "elevadas a simbolo poético universal".
Saint-John Perse se adaptaba a la historia y la cultura de cada lugar. "Su prosa poética conserva una actualidad y una devoción en un mundo tan complicado y oscuro como el que nos toca en la actualidad".
Ha mostrado y recitado el libro Poesía, que aglutina sus poemarios más importantes, como Anábasis, Exilio, Crónica y Canto para un Equinoccio. "Mi designio es vivir entre vosotros en el umbral de la rienda toda gloria. Mi fuerza entre vosotros y la idea parar como una sal celebra sus audiencias en medio de la luz", ha parafraseado Anábasis. Ha recalcado Teresa Ramón que está lleno de mensajes subliminales y filosofía: "Más yo rondaba por la ciudad de vuestros sueños y establecía en los mercados desiertos ese puro comercio de mi alma entre vosotros, invisible y frecuente como una fogata de espinos bajo el viento".
Anábasis se fundamenta en los conceptos del historiador Jenofonte, la Marcha de la tierra adentro, un movimiento ascendente, de resurgimiento, de regreso de una caverna o de cualquier reclusión. "En las regiones frecuentadas hay los mayores silencios, en las regiones frecuentadas por las langostas a mediodía. Camino, camináis por una religión de altas laderas, de toronjilos donde se tiende a secar la ropa de los grandes"...
Entre poemas de Anabásis y de Amor Mata de Teresa Ramón ha desfilado el vermú literario con participación de la treintena de amantes de la poesía y amigos de Teresa Ramón. "El pájaro canta, oh, vejez, los ríos en sus lechos son como gritos de mujeres, y este mundo es más bello que una piel de carnero pintada de rojo. Y el agua más pura de ensueños, gracias, gracias le sean dadas por no ser solo un sueño. El olor poderoso me rodea y la luz la eleva sobre la realidad de las cosas, pero si un hombre considera agradable su tristeza, que se le saque a la luz. Y mi consejo es que se le mate. Si no, habrá una sedición..."