“Tocar en la Plaza del Mercado es para mí como tocar en el Teatro Real”, proclamó Antonio Pertusa desde el escenario. No fue una frase de compromiso, sino una confesión que ya nos había hecho previamente a este periódico: para Versión 3.0, lo vivido este sábado en pleno corazón de Huesca fue más que un concierto; fue una celebración en casa, un reencuentro con su gente.
Apenas se apagaban los últimos compases del magnífico concierto de la Banda de Música de Huesca, que marcó el primer gran hito musical del calendario prelaurentino, cuando Versión 3.0 tomó el relevo e impregnó el ambiente de olor a albahaca. Con puntualidad suiza y energía contagiosa, desplegaron un repertorio que funcionó como puente intergeneracional.
El público, entregado desde los primeros acordes, fue testigo de una actuación que no se limitó a repasar los éxitos del pop español: los celebró, los revitalizó y los devolvió al presente. La interpretación fue precisa, cercana y rebosante de talento. El repertorio se convirtió en una travesía sentimental por los años 80 y 90: Loquillo, Duncan Dhu, Hombres G, Mecano, Miguel Bosé, Los Secretos, Nacha Pop y hasta The Refrescos, entre otros muchos, se fundieron en una banda sonora común.
“Vamos a hacer un recorrido por la época dorada del pop español”, había prometido Antonio Pertusa, y la banda cumplió con creces. Clásicos como La chica de ayer, Chicas cocodrilo, Voy a pasármelo bien, Hoy no me puedo levantar, Déjame, Aquí no hay playa... activaron recuerdos, cantos y coros espontáneos que confirmaron lo evidente: esa música sigue viva porque aún significa algo para muchos.
Además de los himnos generacionales, Versión 3.0 tejió puentes con las generaciones más jóvenes: Estopa, Amaral o La Oreja de Van Gogh ampliaron el espectro emocional, integrando a todos los públicos sin necesidad de adaptación forzada.
Este año, Versión 3.0 celebra una cifra redonda: diez giras, diez veranos llevando su proyecto por los escenarios. Una historia que nació como relevo de su anterior banda, Versión Española, y que encontró su continuidad natural gracias al empeño de Antonio Pertusa y el batería Alfredo Laguna. “Lo que empezó siendo una forma de seguir tocando, acabó convirtiéndose en una nueva etapa con identidad propia”, recuerda el vocalista.
Hoy, el grupo está formado por Alfredo Laguna a la batería, Rubén Correia al piano, los hermanos Óscar y Víctor Murillo en guitarra y bajo, y Sara Chaverri junto a Antonio Pertusa en las voces, que también alternan en esta función con Rubén Correia. La química es evidente. Nadie va de estrella, hay banda. El conjunto respira afinación, energía y honestidad.
A lo largo del concierto, Antonio Pertusa se mostró especialmente agradecido. Dirigió palabras de reconocimiento a la Agrupación Folklórica Santa Cecilia, a la Banda de Música de Huesca -muchos de cuyos miembros estaban en el público- y también, con naturalidad afectiva, al pueblo de Aguas, que mencionó “sin querer”, pero con un cariño que hablaba por sí solo.
En cuanto a la gira, el verano les tiene ocupados. “Este año estamos contentos porque hemos ido tocando durante todos los meses. Junio fue más tranquilo, pero ha habido continuidad”, explicaba el cantante. La próxima parada es el Festival del Vino del Somontano, donde actuarán el fin de semana que viene.
Sin embargo, pocas fechas tienen para ellos la carga simbólica de la de anoche. “La Plaza del Mercado es lo más. El sitio que más ilusión nos hace”, reiteraba Antonio Pertusa.
El único punto amargo de la noche llegó con el cierre. El público pedía una más, el clásico bis. Pero eran las 3:03 y desde la organización se ordenó el final inmediato. Ni siquiera un tema de despedida. Una decisión que frustró a los asistentes y también a la banda, que se quedó con ganas de regalar unos minutos más, posiblemente algunos de esos temas que sabes que van a redondear la noche.
Aun así, lo esencial ya había ocurrido. Versión 3.0 no ofreció solo un repertorio trabajado y bien ejecutado, con una música que, lejos de envejecer, sigue reuniendo a mayores, jóvenes y niños. Si San Lorenzo ya había comenzado a asomarse con la Banda de Alejandro Escuer, anoche en la Plaza del Mercado se escuchó el aviso todavía más claro: la fiesta ha empezado con ellos.