Vicente Ubalde, autor de Sobrevivir en el Sáhara Occidental, tiene una mirada crítica sobre el conflicto saharaui y la pasividad internacional. Reivindica la vigencia de los proyectos de cooperación, denuncia la indiferencia institucional y mediática hacia los campamentos de refugiados, y pone en valor la resistencia del Frente Polisario ante un despliegue militar insostenible por parte de Marruecos. También pide mayor compromiso por parte de España y que la ciudadanía pase de la información al compromiso activo.
El histórico sindicalista agrario de la UGT y activista presentó esta publicación en Huesca el viernes, 11 de abril, en un acto celebrado en el Salón Azul del Casino oscense, organizado por la Asociación y Cooperación al Desarrollo y Ayuda Humanitaria a Tifariti, con la colaboración de la Asociación Alouda.
Estuvo acompañado por el también ugetista Julián Loriz y contó con la intervención destacada de Benito Carrera, quien centró el foco en dos décadas de solidaridad inquebrantable con el pueblo saharaui. Al acto también asistieron Omar Yuli, delegado adjunto del Frente Polisario en Aragón, Mohamed Yumani, de la comunidad saharahui en Aragón, y Pilar Abió, en representación de Alouda Huesca.
ABANDONO DE LA POBLACIÓN
Carrera evocó con firmeza los años transcurridos desde que España abandonó el Sáhara Occidental, y denunció el desamparo sistemático de su población. Criticó el comportamiento de los sucesivos gobiernos y su falta de compromiso, recordando el célebre “Nunca os olvidaremos” de Felipe González como símbolo de un compromiso traicionado, y calificó como vergonzosa la cesión del territorio tras la Marcha Verde.
Fue especialmente crítico con la actual posición del gobierno de Pedro Sánchez, señalando la humillación simbólica que supuso la colocación de la bandera saharaui boca abajo durante una visita oficial a Marruecos.
En sus palabras, destacó que la obligación ética de la sociedad española va mucho más allá de la ayuda humanitaria puntual. Reivindicó el derecho del pueblo saharaui a una vida digna, con acceso no solo a alimentos, sino también a educación, servicios higiénicos básicos y una perspectiva real de futuro.
En este contexto situó el trabajo de Vicente Ubalde, a quien valoró como un ejemplo de cooperación comprometida, sostenida en el tiempo y con impacto real en el terreno, especialmente por su impulso a los huertos forestales en los campamentos.
Carrera insistió en que la situación del pueblo saharaui no puede ser ignorada ni relativizada y defendió el derecho a la autodeterminación, avalado por sentencias internacionales.
Denunció la falta de respeto y dignidad con la que se sigue tratando la causa saharaui e hizo una llamada a la conciencia colectiva y a la acción solidaria sostenida, fruto de veinte años de trabajo constante al lado de un pueblo al que definió como resistente, digno y olvidado.
REFERENTE Y COMPROMETIDO
Vicente Ubalde, figura histórica del sindicalismo agrario aragonés, fue durante la Transición uno de los impulsores de la reconstrucción de la Federación de Trabajadores de la Tierra de la UGT, un referente desde los años treinta, cuando el 70 % del país vivía de la agricultura.
Vinculó su trayectoria profesional con un compromiso constante con la solidaridad. Fue el primer secretario general de la Federación Agroalimentaria tras la fusión con los sectores de alimentación y química, y mantuvo su implicación sindical hasta bien entrado el siglo XXI.
Su primer viaje a los campamentos saharauis se produjo en marzo de 2005, dentro de un proyecto de UGT Andorra (Teruel) para alimentar con leche de camella a escolares. Ese primer contacto abrió una trayectoria que suma más de treinta visitas en veinte años. Esta experiencia quedó recogida en dos libros: En el desierto todo es posible y el recién presentado Sobrevivir en el Sáhara Occidental, donde plasmó tanto los avances colectivos como los temas pendientes.
Ubalde reivindicó el valor práctico y social de los programas agrícolas desarrollados en los campamentos: “Estos proyectos no fracasan nunca porque como tenemos que comer todos los días y hay tantas necesidades…”. Señaló que, a pesar de su eficacia, la guerra ha deteriorado la situación y la prensa ha optado por el silencio.
Mostró una postura clara sobre el futuro del pueblo saharaui. Consideró que Marruecos acabará fracasando en el conflicto, del mismo modo que ocurrió con Estados Unidos en Vietnam. Comparó la preparación del Frente Polisario con la debilidad del ejército marroquí, que, según indicó, es enviado al desierto sin voluntad, sin formación adecuada y durante años. Criticó también el elevado coste del despliegue militar, que cifró en millones diarios, y lo describió como un esfuerzo insostenible para el país.
Apuntó que cuando Trump dijo que el Sáhara era de Marruecos, Marruecos reconoció el estado de Israel y le vende drones y empiezan a matar.
Denunció la pasividad de la comunidad internacional ante las resoluciones de Naciones Unidas y señaló que la situación del Sáhara es ignorada igual que la del pueblo palestino, pese a los pronunciamientos oficiales.
LOS CAMPAMENTOS SAHARAUIS
También quiso visibilizar la situación de los campamentos saharauis, que calificó como "el campo de concentración más grande del mundo" y denunció la "hipocresía de muchos gobiernos" que, mientras se niegan a reconocer al Frente Polisario, mantienen relaciones con Marruecos y le venden armas que luego son utilizadas contra la población saharaui.
Reclamó un mayor compromiso por parte de las instituciones españolas y recordó que más de ochenta países ya reconocen al Polisario, mientras que España continúa sin hacerlo, pero le venden armas al rey de Marruecos, que calificó de "corrupto", y que tiene todos los campamentos de refugiados llenos de droga.
Insistió en que existe una absoluta falta de atención internacional y mediática hacia esta causa, y sólo acuden unos pocos activistas comprometidos, sin capacidad de generar un verdadero cambio si no se suman más apoyos. "Si no se dice, nadie se va a enterar".
Ubalde expresó su deseo de que el público no solo se informe, sino que se implique activamente. Señaló que esta lucha no es individual, sino el resultado del trabajo colectivo de una red con décadas de experiencia en el sindicalismo y la cooperación.