El enérgico concierto de Viva Suecia ha puesto fin a una semana de récord en Pirineos Sur. En las cuatro jornadas celebradas se han registrado tres sold out y han bailado más de 16.000 espectadores. Además de los murcianos, que esta noche estuvieron acompañados por Ultraligera, también llenaron el anfiteatro Manu Chao (miércoles 16) y Amaia e Izaro (sábado 19).
Con estas cifras, sumadas a las de la primera semana, el festival ya acumula 27.000 asistentes. Y para la recta final, con nombres como Nathy Peluso, Julieta Venegas, Ben Harper o Residente, se espera superar los 40.000 visitantes.
Las entradas para Viva Suecia se agotaron poco después de anunciar su presencia. Era de esperar: la banda indie arrasa en cada festival y recinto en el que actúa. Su concierto en Pirineos Sur era uno de los más esperados de esta edición. Aún con las luces apagadas, el público ya estaba entregado, dispuesto a dejarse la voz en cada canción. Y cuando el cuarteto murciano (respaldado por teclados y por momentos por saxo) apareció sobre el pantano de Lanuza con “Bien por ti”, la conexión fue total.
Fue hora y media de un himno tras otro, con Lanuza vibrando al unísono: “Los años”, “La orilla”, “Dolor y gloria”... Sus seguidores lo tenían claro. Un setlist impecable, sin fisuras ni rellenos, y un dominio absoluto de los tiempos para que los ánimos nunca decayesen. Aunque el público era casi un miembro más de la banda, cuando sonaron “No hemos aprendido nada” (con la que Rafa Val bajó al anfiteatro para el delirio de los fans), “La voz del presidente” y “El bien”, el pantano entró en ebullición. Su ascenso a ligas mayores es imparable.

Ultraligera, por su parte, ha demostrado que ya no son solo una promesa: son presente. Forjados en decenas de conciertos por salas de todo el país, subieron al escenario con una única intención: dejar huella. “La basura” fue el arranque de un concierto sólido, con guitarras furiosas y con cuatro músicos dispuestos a demostrar su valía.
Fue su último concierto de gira y se lo tomaron como tal, entregándose al máximo. Gisme, que recordó que Pirineos Sur fue su primer festival como espectador, salió con capucha y guardando el misterio… hasta que no pudo más: corrió, saltó, agitó el micro y acabó sudando la camiseta (literalmente). En la primera parte ofrecieron sus canciones más pop-indie, pero conforme avanzaba el show, las guitarras fueron ganando peso, acercándose a sonidos más duros, entre el hard rock y el indie alternativo noventero. Ni la lluvia del tramo final pudo con ellos: la tormenta eléctrica la provocaron ellos mismos con unas intensísimas “Matanza en el hotel” y “Recuerdos del baile”.