El duodécimo de los 12 Retos, 12 Cimas de 2025 ha tenido un colofón feliz contra todo contratiempo, y es que a la sucesión de etapas se ha sumado el objetivo de última hora de restaurar el Belén tradicionalmente asentado en el abrigo de debajo del Pico Raya Espada, debajo del Peiró, que había sido vandalizado por anónimos desalmados.
En sí, el programa comarcal ha representado un éxito cuantitativo: 540 participantes a lo largo de las doce jornadas. Este 14 de diciembre, han concurrido para asumir el desafío y completarlo satisfactoriamente sesenta deportistas de distintas secciones del Club de Montaña Javieres: a los habituales, se han agregado el Grupo de Alto Nivel (que practica vías ferratas, barranquismo y altas montañas), los "domingueros" (padres y niños que son alumnos de Salesianos) y cuantos se han querido adherir.
A todos animaba, además del día de compañerismo que ha sido pincelado por un sol precioso para sumar atractivo, el hecho de restaurar el belén que desde hace años ha estado bajo el citado abrigo. La barbarie ha inducido una decisión del club: permanecerá expuesto hasta el 6 de enero para que el Niño, la Virgen María, San José, los Reyes Magos, la mula, el buey y los pastores puedan ser admirados por cualquier montañero, y a partir de esa fecha a recoger por aquello de que más vale prevenir que acabar teniendo que arreglar los desperfectos. Han desaparecido figuras y otras han aparecido rotas. La denominada teoría de la estupidez se eleva cuando los energúmenos escalan montañas.
A las 8:30 se han concentrado los javieres, que han partido en dirección del Camino Natural de La Hoya en dirección al fondo del pantano. Hacia Peiró, han ido atajando por campos habitualmente seteros y que todavía mostraban negrillas y alguna otra variedad. Por una senda se han dirigido hacia el hayedo de Peiró para iniciar una subida de tres o cuatro kilómetros con 700 metros de desnivel, lo que definen los montañeros como "matachulos", en expresión explicitada por Iván Jaime.
Al ritmo exigido por tal desnivel, han alcanzado el collado y el pico de Peiró, 1.563 metros, y en las faldas de Raya Espada o Pico del Grifo han disfrutado de turrones, polvorones, cava y algún café. Han cantado villancicos y el monte se ha llenado de Navidad porque muchos participantes llevaban gorros y otros atavíos de Papá Noel.

Repuesto el Belén con todas sus condiciones y personajes, era el momento de la vuelta. Nueve de los deportistas han escogido la emoción del descenso más corto y escarpado que les ha permitido rapelar en tres ocasiones, las últimas de 15 y 30 metros, mientras el resto ha vuelto por el mismo camino por el que habían subido. Los primeros han padecido algún culetazo pero se han conducido con prudencia.
Al final, 14 kilómetros con 700 metros de desnivel positivo y negativo que han terminado de cubrir a las 15:30 horas, siete después motivadas por el buen rato que han disfrutado en Peiró.
NUEVA SECCIÓN EN CIERNES
El Club de Montaña Javieres celebrará el viernes 19 la Cena de Navidad en el Hotel Abba, clausura de una temporada intensa y punto y aparte para reemprender la actividad el domingo 18 de enero con el primero de los seis entrenos para la Javierada.
Pero, además, anuncia la creación de una nueva sección, la de Marcha Nórdica bajo la dirección de Nacho Dapena e Iván Jaime, quienes compiten en trofeos nacionales. Se sumarán sus practicantes a los 359 socios del Club de Montaña Javieres, que suma a la causa a personas de fuera de Huesca (el último ha sido un ribagorzano) e incluso de Zaragoza que se ven seducidos por la programación y el ambiente inspirado en su espíritu salesiano.