Cuando las espirales son positivas, la inercia suele llevar hacia arriba y los obstáculos van quedando despejados. Le está sucediendo a la Sociedad Deportiva Huesca en esta nueva etapa en la que buscar zonas de crítica, que siempre puede haberlas, resulta tarea compleja, comenzando por el hecho de que todo en el club es discreción.
La pretemporada se ha barnizado de alegrías. Numéricamente, los que han visitado Benasque dan sensación de plantilla, ya con más jugadores de los que contó Antonio Hidalgo durante toda la temporada. Bajando al detalle, es un subidón de moral ver la sonrisa de Dani Jiménez después de que nos la helara aquel 19 de abril con una caída fatal. A la presencia en el césped del sevillano se ha sumado la llegada de Sergi Enrich, que va a disfrutar pocas horas pero con intensidad del paraíso benasqués. Un hombre importante en el juego y en el vestuario, risueño y sereno.
Otra cuestión es que, de momento, el club esté inmerso en ese encaje de boilillos que es encajar el coste de la plantilla en el límite salarial de la Liga, penalizado como está por esa losa que son los 15,1 millones de pérdidas de tres años que contienen sobremanera el techo y cuya resolución sólo será posible con el acuerdo con las instituciones por el Estadio de El Alcoraz. Asunto delicado pero irrenunciable, porque produce mucho orgullo tener el patrimonio labrado con el esfuerzo -y el dinero- de muchos particulares, pero la pragmática deriva hacia derroteros irremisibles.
Sin embargo, mientras bullen los despachos de manera -casi- secreta, se percibe una ilusión inaugurada hace una temporada y reforzada por la gran Liga pasada y la esperanza que otorga ese plantel en el que muchos jóvenes se han sumado a la cultura de club de los veteranos con una nueva vitamina que es Sergi Guilló, el entrenador que dejó honda huella en el teatro de Mérida y aspira a conquistar El Alcoraz bajo la mirada discreta de San Jorge.
Benasque va llegando a su fin y hasta allí llegan buenas noticias. Después de los 3.000, los 4.000 abonados ya, y empieza la semana de los cinco mil cuando se encara la etapa final de las renovaciones. Con esta dinámica, por aritmética, serán más de 7.100 del año pasado los aficionados de partida el 17 de agosto. Y es que las sensaciones, en el fútbol, cuentan mucho.