El acorazado que el Club Baloncesto Peñas ha preparado para zarpar con un destino, la lucha por el ascenso, acoge a sus tripulantes el domingo en Huesca (presumiblemente no por las aguas del Isuela) para iniciar una singladura que se desea fructífera después de que la pasada temporada se quedara a un puerto del definitivo, que representaba escalar la categoría.
Si el año pasado el objetivo fue sobradamente cumplido hasta el punto de que tiraron de esfuerzo en medio de aguas turbulentas para abrazar el playoff, pero a partir de ahí el océano fueron surcado admirablemente, en esta ocasión el listón está más elevado. Y más elevado que quedarse a apenas dos minutos de la gloria es alcanzar la gloria dos minutos antes del final en 2026. Hay ilusión en los patronos que han asumido la mayor responsabilidad en esta embarcación, bajo la presidencia de Fernando Lascorz.
Los jugadores de Lobe Huesca la Magia serán recibidos por el almirante, Rafa Sanz, este domingo, vestidos de paisano. Pero, desde el lunes, cada uno se colocará su uniforme para botar el barco con reparto de roles. En el timón, un "joveterano" de la casa, Álex Rubín de Celis (22 añls), acompañado en la sala de operaciones por Ismael Corraliza (25 primaveras), dos jóvenes que engrasarán la maquinaria porque vienen de tierra de buenos aceites, Lérida y Córdoba.
En la transmisión de las órdenes, tres escoltas, Héctor Figueroa (desde Alcobendas, 24 calendarios), Iker Terreros (de Vitoria, pero como de casa, 22 tacos) y Jaden Wells, el tejano de Hurst (23 añadas), un francotirador con más precisión que compasión.

Para convertir las ideas en resultados efectivos, a babor y estribor los aleros: Malcolm Carreira Kreps, luxemburgués de 24 abriles, el energético Guillem Vázquez (22 años desde que alumbró en Mollet del Vallés), el barcelonés Omar Thiam Pedrera (21 anales).
Hacia la proa que se convierte en popa cuando hay que defender el buque, el ala-pívot Oliver Bieshaar, 24 anualidades desde que vio la luz en la legendaria ciudad neerlandesa de Harlem, el canario Pedro López-San Vicente Reta, 23 añitos, el intimidador de Massachusetts (Lynn, 23 años) Ademide Badmus y, con sus 208 centímetros juncales y musculosos, el tanzano de 24 vueltas al sol Atiki Ally Atiki, al que evidentemente habrá que simplificar el nombre: o será Atiki o, si nos atenemos a la costumbre andaluza, será Pepe, Paco o Manué.
Toda esta tripulación estará a las órdenes de Rafa Sanz, el almirante que surcó sus primeras aguas en el Guadalquivir en su Córdoba en la que la personalidad viene irradiada por la fortaleza del Alcázar y el eclecticismo de la Mezquita. Arranca una singladura en la que la experiencia del entrenador ha de ser la hoja de ruta y la brújula para su joven equipo. Alta encomienda para tan ambiciosa misión. Desde el minuto 1, el lunes, arranca la aventura.