El Alcoraz vivió este domingo una tarde mágica. De esas que hace tiempo no se vivían. El último precedente fue el encuentro de Copa del Rey ante el Real Betis el pasado mes de enero, pero fue algo diferente. Lo de ayer fue un duelo por todo lo alto entre dos equipos que, hoy por hoy, aspiran por ascender a Primera División. Se dice pronto. Entre tanto, el Huesca ya está a tan sólo tres puntos del objetivo que se marcó el pasado verano: los 50 puntos.
En total, 7.427 aficionados se dieron cita en El Alcoraz para ver el empate -agridulce según cómo se mire- ante el conjunto nazarí. Esta cifra ya es la mejor registrada en la presente temporada en Liga, tan sólo superada por los 7.968 espectadores que acudieron a las gradas el día del Real Betis. La cifra ante el Granada supera a la del día del Zaragoza, cuando acudieron 6.895 aficionados en el Día del Club.
La salida al terreno de juego de los jugadores ya marcaba tarde de las grandes con el canto del himno a capela. Se veían pocas butacas vacías y la sensación en cada réplica al árbitro era diferente a la de otros días.
El Huesca prolongó este domingo una racha espectacular en casa, un lugar que no conoce la derrota desde el pasado 7 de septiembre cuando lo hiciera el Burgos. Con todo ello, los azulgranas son el cuarto mejor local de la categoría al haber cosechado 26 puntos ante su gente gracias a siete victorias y cinco empates. La única derrota hasta el momento ha sido esa, la del Burgos. Al calor de su afición el Huesca ha anotado 24 goles -ningún otro equipo ha metido más goles en condición de local- y tan sólo ha recibido 12.