Guillermo Almada, entrenador del Real Valladolid, está viviendo una semana complicada por el virus gripal que ha afectado a una buena parte del vestuario. En cualquier caso, el técnico aseguraba que "sólo miramos al Huesca por más que no dejamos de tener en mente el resto de partidos del calendario". La idea es poner todos los medios para reencontrarnos con el triunfo, ser capaces de traducir en el marcador las cosas buenas que hace el equipo”.
El Pucela intentará ofrecer su mejor versión lejos de Zorrilla, donde ha cosechado buenos resultados. El Alcoraz es una plaza difícil, ante un equipo que tiene jugadores “experimentados y con calidad” en todas las líneas. “Un rival durísimo que tiene equilibrio y que es peligroso en las transiciones”.
El equipo vallisoletano quiere "seguir evolucionando en el juego y encontrar la efectividad en el área que nos falta". Eso es lo que pretende el entrenador uruguayo.
“Viendo la disposición de los jugadores, su actitud, sus ganas, su deseo, ellos se matan por el equipo. Todos estamos enfrascados en dar alegrías a nuestras familias y a nuestra afición”, añadía.
La clave, una semana más, estará en ser capaces de acertar a la hora de transformar las ocasiones que genera el equipo. “Pocas veces me ha pasado que tantas situaciones se repitan. Sé que se abrirá el arco porque hacen lo más difícil: generar las ocasiones. Hay que mantener la tranquilidad y seguir trabajando para tratar de encontrar la efectividad en la finalización”.
En el capítulo de bajas, Almada confirmaba las altas probabilidades de que Marcos André, con molestias físicas, y Lachuer, con gripe, su unan en la enfermería a Jorge Delgado y Garriel. Alani, también enfermo, se perderá el partido a causa de la expulsión ante el Málaga.