Cualquier alta ruta de esquí de montaña requiere varias condiciones para que sea un éxito, condiciones meteorológicas y de nieve aceptables, y un buen nivel físico, técnico e incluso táctico de los participantes. Después de tres intentos por parte de los esquiadores de montaña de Peña Guara a la brecha Wallon, ese empinado y atrevido paso del macizo del Aspe por su cara norte para traspasar a la vertiente sur, se dieron favorables las condiciones para que fuera por fin la ocasión en la primera alta ruta de la temporada 2024.
Desde Candanchú un elevado número de participantes, en una mañana de sol y altas temperaturas que se están registrando a mediados del mes de marzo, después de las favorables nevadas de hace pocos días, partimos en el entorno de la estación para adentrarnos por los Lomeros de Esper hacia el paso de la Tabla, pasando por la cueva del Contrabandista, dejando atrás el impresionante tubo de la Zapatilla en Candanchú, que parece que quiere avisar que uno se adentra en un terreno complejo, atrevido, de alta montaña calcárea, que siempre presenta paredes verticales, pliegues intrincados y pasos estrechos y pendientes para traspasar las vertientes.
Buscando siempre el mejor paso por la nieve endurecida de cara norte, una primera transición de las muchas que se harán en las dos etapas de la alta ruta para descender unos metros, con la impresionante brecha Wallon a la vista volviendo a pieles de ascenso y emprender la travesía que bajo el Llena de la Garganta pasa sobre cortados rocosos, y permite alcanzar la base del corredor Wallon. Ahí crampones, piolet y paciencia para abrir huella en unos 120 metros de desnivel que tiene el corredor, con una capa superficial dura donde se abre un buen escalón. Afortunadamente estamos en sombra y en cara norte, porque los grandes espesores de nieve que cayeron sobre terreno rocoso y herbáceo hacen de las suyas al recibir el fuerte sol mañanero y caen dos desprendimientos que indican que el terreno nevado requiere de mucha estrategia acertada para evitar peligros.
Se ha superado al fin “a la tercera” la brecha Wallon, también llamado paso de Napazal, felicitaciones especialmente a los aperturistas de huella con gran esfuerzo, turnándose en la medida que es posible por el corredor que alcanza más de 40 grados de pendiente. Contentos de haberlo superado, la cumbre de Llena del Bozo se presenta sin complicaciones en numerosas zetas de ascenso. El paisaje al cambiar de vertiente sigue siendo impresionante, aparece recortada la trilogía del Aspe, con el Llena de la Garganta y del Bozo al que nos dirigimos. En la cumbre nos reunimos con otros compañeros del club que han subido al Olibón y por la arista se unen a la cumbre compartida por todo el grupo. Nos indican que la nieve está estupenda para el descenso y pronto se puede disfrutar de ello por buenas y empinadas palas, lo que facilita que pronto nos encontremos en una nueva transición para subir al collado del Bozo, el último escalón antes de emprender el descenso hacia el refugio de Lizara. Al fin el merecido descanso, bebidas, estiramientos a cargo de Ruth que nos dirige una sesión en el refugio, muy oportuna para emprender una segunda jornada que se prevé larga con destino en el Bisaurín y descenso por el valle de los Sarrios hacia el bosque de Sansanet en el lado francés.
El tiempo sigue templado al amanecer, no es bueno para que perdure la nieve, pero así es el clima actual, se ha pasado de grandes nevadas a grandes deshielos, aún tenemos unas semanas para disfrutar del esquí de montaña y eso es lo que hacemos camino del collado Foratón para emprender la gran pala final del Bisaurín que va ganando en inclinación por lo que pasamos de pieles de foca a poner cuchillas y terminar con crampones para hacer más seguro el último tramo. Al fin la fotogénica cumbre del Bisaurín con su festoneada cresta nevada donde nos reagrupamos para bajar por la arista con crampones y alcanzar el paso que dará comienzo al largo descenso que nos espera por la vertiente norte, una primera larga e inclinada ladera para dirigirse por el valle de Bernera a la plana Mistresa y el valle de los Sarrios, requiriendo el descenso de algunas transiciones para cortos repechos. Por fin se alcanza el medio deshelado ibón de Estanés que queda abajo, para continuar en descenso hacia el bosque de Sansanet que asoma bajo las paredes del circo de Aspe por donde subimos en la etapa del sábado. Por un camino aún nevado en el magnífico bosque del valle de Aspe en la vertiente norte del macizo, al fin se alcanza el parking donde gracias al apoyo de varios amigos del club con los que hemos comunicado y que han venido a ayudarnos se puede hacer esta circular para recoger los coches que quedaron en Candanchú.
Gracias por este apoyo y gracias a los expertos acompañantes del club, por su huella y por sus aciertos en la estrategia para conseguir que se haya completado una espectacular alta ruta de esquí de montaña del club Peña Guara. Se han sumado unos 1.200 metros de desnivel en la primera etapa y cerca de 1.400 en la segunda, transiciones y kilómetros aparte.
