En aquella noche vallecana, Saúl Ais Reig apuntó maneras. Primero, anuló un gol a Shinji Okazaki por una falta producida media docena de jugadas antes. Después, señaló un penalti por mano de Josué Sa con la espalda. No quiso acudir al VAR. Cuando no quieres conocer la verdad, nada como taparte los ojos. El Huesca perdió 2-0 con una sensación de atraco "a pito armado" (¡por Dios, qué mal suena!). Esta tarde tenía desde la primera parte la misma sensación. Ha arbitrado a los azulgranas más veces en este interín de aquella tropelía a la de hoy. Tiene querencias caseras y sólo necesita un secuaz de su altura (Prieto Iglesias en el VAR de hoy prometía una cantata de dúo con el principal).
Saúl Ais Reig va camino de la década en la Segunda División, ¡y lo que te rondaré, moreno!. Es de Alcoy y seguramente tendrá dificultades de identificación, porque en las fiestas ya sabemos lo que pasa, entre moros y cristianos, entre justicia y atropello. Sólo así se entiende la anulación del gol de Marc Mateu-Pulido.
Se están cargando la suerte del córner. Antaño, se le llamaba medio gol. Se sacaban rápido para intentar sorprender al rival. Y, efectivamente, provocar un buen número de saques de esquina solía ser una porción notable de éxito para llevarse los dos puntos (los que otorgaban la victoria). Hoy, entre los "gili-córners" y los árbitros van a matarlos. Si cada gol que se produzca en un córner es analizado por el VAR desde la convocatoria de encuentro por el silbato hasta su bote, van a anular entre un 95 y un 99 % del total. En todos se producen agarrones, en todos empujones, se dicen todo tipo de lindezas, se escupen,... No, nunca ha sido un acto de exaltación de la amistad. ¡Ojo con el precedente! Lo que sucede es que, en el fútbol, ser azulgrana y no ser del Barça te garantiza poco, como ser blanco y no ser del Madrid. O sea que esto quedará en una anécdota, una ejecución arbitral en la muesca de proezas del dúo Ais Reig-Prieto Iglesias.
Y que conste que he esperado más de dos horas y media para estar más tranquilo. Pero es que los atracos me gustan más en el cine.