Con diecisiete atletas en liza, 8 hombres y 9 mujeres, se disputó la noche del pasado viernes la tradicional carrera pedestre de las fiestas de San Mateo de Monzón, denominada “corrida de la espada” en el siglo XVI, posteriormente “corrida de pollos” y en la actualidad popularmente conocida como la “carrera del pollo”.
La prueba estuvo presidida por el alcalde, Isaac Claver, el concejal de Deportes, Eliseo Martín y las zagalas, zagales, zagaletas y zagaletes. Pol Oriach fue el encargado de dar la salida y los corredores y corredoras dieron 30 vueltas para completar unos siete kilómetros, ante el numeroso público que rodeaba el circuito en la calle Juan de Lanuza, bajo la luminosa imagen del castillo templario.
Las zagalas y zagaletas recogieron entre el público unos 350 euros, más las aportaciones de entidades comerciales, para “primas”, que se fueron disputando en los diferentes pasos por línea de meta. Hombres y mujeres ofrecieron espectaculares esprines para conseguir las deseadas primas.
El atleta de Fonz, Armando García, destacó desde el inicio de la carrera disputando y ganando varias primas, en un sexteto compacto hasta las últimas vueltas, formado por Manu Martos, de Zaragoza; Diego Vicente, de Tudela; Joan Payán, de Girona; Unai Pérez, de Pamplona, y el barbastrense Javier Mariño, que resurge brillando como el Ave Fénix. En las primeras vueltas ya había quedado descolgado Toni Santisteban, apasionado corredor e investigador de las carreras centenarias por todo el mundo. Después lo haría el leridano Mustapha Elkhouyali.
En las últimas vueltas Armando García impuso un ritmo que nadie pudo seguir hasta la línea de meta. Detrás de García llegaron, distanciados, uno tras otro, Manu Martos, Unai Pérez y Joan Payán.
Muchas de las mujeres, que en esta ocasión dominaban en número a la participación masculina, tienen como entrenador a Fernando García, al igual que los hombres. Desde el inicio, con la disputa de las primeras primas, se formaron varios grupos. En cabeza destacaba la presencia de la leridana Marwa Elkhouyaali, muy activa en la disputa de las primas. En el mismo grupo aguantaron muchas vueltas la zaragozana Raquel de Francisco; la fragatina Noemí García; la barbastrense Verónica Escartín y las montisonenses Adrea Barranco y Martina Laplana, que a la postre sería la vencedora.
El grupo perseguidor los formaban las montisonenses Alina Stroia, Paula Jalle y la veterana Nuria Sierra, vencedora en 6 ediciones de esta carrera.
En la última vuelta Martina Laplana conseguía despegarse de Marwa ElKhouyaali, de Noemí García y de Raquel de Francisco, en cuyo orden, respectivamente pisaban la línea de meta.
Martina y Armando bailaron la jota de los campeones y recibieron de manos del alcalde y del concejal de deportes su correspondiente trofeo, una estatuilla que representa a un templario con espada.