El acta del encuentro entre la SD Huesca y el Real Zaragoza firmada por el colegiado catalán Ávalos Barrera revela que no sólo Óscar Sielva acabó expulsado por el bando azulgrana, sino que otros dos componentes terminaron antes de tiempo en el vestuario. A algunos aficionados presentes en el campo no les dio la vista para conocer a quién había expulsado cuando se dirigió al banquillo local, en los minutos de mayor tensión.
Una vez conocida el acta, el colegiado recoge que en el minuto 46, Fernando Sarasa, médico de los locales, fue expulsado por el siguiente motivo: "Por dirigirse a mi árbitro asistente número uno mientras nos encontrábamos durante el descanso y estando en la entrada del túnel de vestidores en los siguientes términos: "Estaréis contentos". Mientras le ha golpeado sin excesiva fuerza con la palma de la mano en su espalda en dos ocasiones".
Ya en el tramo final del choque, cuando el Huesca estaba en plena faena buscando la remontada, Carlos Calvo, preparador físico de los azulgranas, fue expulsado en el minuto 78 por "protestar de forma exagerada y a gritos una de mis decisiones".