Ficha técnica
Bada Huesca: Arguillas (1), Terçariol (p.s.) Pérez (2), Mosquera (1), Ian Moya, Ignacio Suárez (3), Pere Arnau (1), Benites (2), Gucek (1), Cordiés (1), Malo (4), Floris, Hackbarth (5), Montoya (7).
TM Benidorm: Roberto Rodríguez, Samuel Ibáñez (p.s.), Barceló (2), Vainstein, Serrano (3), Jules (3), Grau, Juan Carlos Sampere (1), Ramiro Martínez (4), Iván Rodríguez (5), Eduardo Calle (2), Nikcevic (8), Adrián Sánchez, Soljic (1), Lara.
Parciales: 4-2, 7-3, 9-5, 12-9, 12-11, 16-14 al descanso. 16-14, 18-15, 20-18, 23-22, 26-25, 28-29.
Árbitros: Alejandro Hoz Fernández y Axel Riloba Pereda.
Con el chute moral todavía por las venas logrado en Cuenca, Bada Huesca volvía a comparecer en el Palacio de los Deportes para luchar por una victoria que brindarle al fin a la afición. Con la idea de "seguir haciendo grupo" que reclamaba y presumía Nolasco, los altoaragoneses fueron decididos a por los dos puntos ante un Benidorm que llegaba séptimo a la cita con 11 puntos.
Con Montoya en pista la vida se ve de otra manera. Con Dija también, aunque el brasileño está a medio gas. Carmona, recuperado. En definitiva, los tres que no estuvieron en Cuenca volvían para ayudar a su equipo. Bada tenía que lograr una victoria que le hiciera sumar puntos para salir de la zona caliente de la clasificación y acercarse a los equipos de arriba. Pero el balonmano fue demasiado cruel con los altoaragoneses.
El partido comenzó con un Bada entonado. Exclusión para Soljic y los oscenses gozaban de una diferencia de cuatro arriba. Montoya hizo de las suyas con un precioso tanto cayendo al suelo y de espaldas a portería. Rebasado el ecuador de la primera mitad, parcial arriba para Benidorm que lograba ponerse a uno un Bada (12-11) que se pasó más de cinco minutos sin anotar. Los visitantes tomaron aire. Tan solo una buena parada de Arguillas mantuvo la ventaja y negó el empate. Tanto va el cántaro a la fuente… Que al final llegó. De manera merecida. Nolasco, desquiciado, pidió calma desde la banda y tenía que llevar la tarjeta hasta la mesa para parar el crono a menos de cuatro minutos para llegar al descanso. Sobre la bocina, Domingo hizo el 16-14.
A pesar de todo, había indicios de que este pudiera ser un partido trampa, de esos que se te escapan al final. Vamos, lo que le sucedió a Cuenca el miércoles. Arguillas sacó a relucir la paleta de paradas. De todos los colores. Exhibición del meta. Más de cinco minutos del segundo acto y ninguno lograba anotar. Después de varios goles que hicieron despertar, la mejor noticia para los de Nolasco es que lograban mantener una buena renta con la que afrontar los minutos finales.
Pero aquí se vería el nivel madurez y la capacidad de mente fría. El ambiente no ayudaba porque el público y los jugadores se revolvían contra los árbitros y los decibelios aumentaban. Llegaron a desquiciar con varias decisiones que perjudicaron los intereses locales. Entre medias, casi sin darse cuenta el Palacio, Benidorm empataba el partido (20-20).
Había que mostrar la buena defensa que se había echado tanto de menos en las últimas fechas. El reto por aquel entonces pasaba por no encajar más de 30 goles. Un número que hasta el momento le ha dado buenas noticias al Bada, pues siempre que ha ganado lo ha hecho encajando menos de ese número (Torrelavega, Guadalajara y Cisne).
El partido no pudo llegar más igualado a la recta final. Montoya hizo el gol número 28 y Benidorm replicó batiendo a Arguillas. Empate a un minuto del final. Para colmo, el árbitro pitó falta a Domingo Mosquera cuando se elevó para lanzar en lo que pudo ser el último ataque local. Benidorm tuvo el partido en sus manos, dispuso del último ataque y se lo llevó. El Palacio alentó como nunca a los suyos pero tan solo pudo ver cómo se prolongaba su maldición.