Acudía sin "grandes expectativas" pero se colgó dos metales. El barbastrense Diego Ballesteros sacó una vez más la raza que le caracteriza para subirse hasta en dos ocasiones a un podio que sabe a gloria, sobre todo porque venía de superar una lesión de cadera que le había cortado la progresión de una temporada que pintaba muy bien.
El 20 y 21 de mayo se celebró en la localidad gallega de Viveiro el Campeonato de España de Ciclismo Adaptado. Ballesteros acudía como único representante de la selección aragonesa de deporte adaptado pero lo hacía con las dudas propias tras una rotura y operación de cadera hace apenas dos meses. Eso había lastrado el nivel de los entrenamientos y por eso llegaba a la cita gallega sin saborear la competición.
Esta lesión cortaba una progresión donde tenía varios objetivos a nivel internacional con el fin de consolidar un puesto dentro de la selección nacional después de alguna llamada por parte del seleccionador que ya recibió el año pasado.
Así, el sábado se celebró la contrarreloj en un circuito de 5 kilómetros al que había que darle tres vueltas. Con 3,5 km de subida exigente, también aparecía una bajada técnica y peligrosa con rampas de más del 20%. "Supe regularme bastante bien en las vueltas y, de hecho, en cada una fui mejorando mis tiempos. Acabé vaciándose y fue una grata sorpresa ver que me llevaba la medalla de plata".
Ballesteros entró en meta a escaso minuto y medio del ganador Luis Miguel García Marquina, actual medalla de bronce en las Olimpiadas de Tokyo en la prueba de contrarreloj y uno de los mejores especialistas del mundo. "Lograr ese segundo puesto fue muy satisfactorio y estoy muy contento", asevera.
El domingo fue el turno de la prueba en ruta, en un circuito de 20 km al que había que darle dos vueltas acumulando más de 1.000 metros de desnivel. "Era un trazado muy exigente". La mañana estuvo pasada por agua y esa fue la tónica durante toda la prueba. "Intenté salir muy fuerte, marcando un ritmo bastante alto porque además picaba para arriba y ahí me siento cómodo", explica.
Se formó una fuga de tres corredores en la que participó. Sin embargo, sus rivales pusieron un ritmo muy elevado y ahí entraron las dudas. Ballesteros se descolgó de esa cabeza de carrera para intentar regular la fuerza y la intensidad. El grupo se fue fragmentando y el barbastrense llegó en tercer lugar, logrando un meritorio bronce.
"También estoy muy satisfecho con esta medalla porque llegaba sin ritmo de competición a esta prueba en ruta. La valoración es extraordinaria porque he estado cerca de uno de los mejores contrarrelojistas del mundo. He sabido sufrir en la prueba en ruta y ahora a ver si voy con la selección, aunque será difícil que se me abra alguna puerta", concluye. Ahora se centra en seguir trabajando "con intensidad" por si llega la llamada para ir a los Juegos Paralímpicos de París 2024.