Pere Romeu, entrenador del FC Barcelona, ha hecho autocrítica en la previa de la Copa del Rey después de que su equipo perdiera la final de la Champions. En cualquier caso, sabe que el fútbol “siempre te da otra oportunidad”, y la de este sábado se presenta pintiparada.
“Después de una final así analizas y haces autocrítica. Después toca un proceso de aceptación. Hay que prepararse para lo que viene y el fútbol sigue dando oportunidades. Aunque no hemos podido entrenar casi, el equipo está en buena sintonía”, comentaba.
Romeu se ha quejado de que “jugar la Copa mañana no es lo mejor. Es una realidad, pero ya se sabía. Muchas jugadoras han jugado 90 minutos con la selección española. Es difícil preparar un partido así con tan pocos días, hemos tirado mucho de vídeo. Mañana es una final”.
En cuanto al rival, decía que el Atleti “siempre ha jugado contra nosotros con tres centrales. Si nos guiamos sólo por los últimos resultados, creo que es un poco injusto. El partido de Supercopa no fue del todo bueno por nuestra parte pero ganamos. Imagino que el Atleti hará un planteamiento similar a los anteriores”.
El conjunto colchonero -recordaba- es un equipo que en defensa “juega bastante adelantado. Presiona bastante alto pero luego tiene capacidad para bajar el bloque. Tiene gente rápida arriba. Si hacemos un partido de dominar acelerando el balón cuando toque, creo que estaremos más cerca de ganar”.
La aragonesa Salma Paralluelo, ha dejado atrás unos dolores que le impedían estar al cien por cien, por lo que todo hace indicar que llega en perfectas condiciones a la cita del sábado: “Ese dolor me limitaba bastante y ahora juego con mucho menos. Era algo que necesitaba”.
La final de Champions “fue un golpe duro ya que no supimos sacar el nivel que venimos mostrando. Queremos el triplete nacional y durante toda la temporada hemos estado trabajando. Este cambio de chip de ir con la selección y pasar página es una buena forma de pensar en lo siguiente”.
También ha dejado claro que, después de jugar el martes con la selección, “el descanso es poco y la exigencia es mayor. Al final es parte de nuestro trabajo. El vestuario está bien anímicamente”.