Hacer un análisis correcto y sensato de las pretemporadas de los equipos de fútbol, del que se puedan sacar conclusiones para vaticinar después su marcha en las competiciones oficiales, resulta cada campaña más complicado que hacerte una analítica después de las fiestas de San Lorenzo y esperar que los resultados se ajusten a los parámetros saludables (Y eso que los precios ayudan a contenerse).
Siempre se ha dicho que no tienen nada que ver, porque cuando los resultados son buenos no es realista lanzar las campanas al vuelo antes de hora ni cuando son malos empezar a cavar la fosa. Siempre hay que andarse con pies de plomo o arriesgarse a hacer el pazguato más espantoso.
Uno recuerda al Español de Clemente hacer el ridículo en El Alcoraz y después perder la final de la UEFA; o ver pasearse al Zaragoza que después las pasó canutas para mantenerse en Primera. Así que no conviene extralimitarse, aunque a algunos eso les da igual porque las palabras se las lleva el viento y lo que hoy es verde esperanza mañana es negro tormentoso.
Pero es que en los últimos años se ha añadido una nueva incógnita al galimatías: el mercado de fichajes abierto mientras se disputan las primeras jornadas ligueras.
De ahí que todos estén en ascuas y pendientes de mil frentes, como bien se ha encargado de destacar un técnico como Mendilibar que nunca tienen pelos en la lengua. “Es incertidumbre, hasta el 1 de septiembre no sabes lo que puede pasar, qué puede llegar, qué puede marcharse. Es una pena. Lo he dicho 40.000 veces, no entiendo cómo está esto montado así, pero es lo que hay, y punto", se quejaba el técnico vasco en la rueda de prensa tras perder con el Manchester la Supercopa de Europa.
Trasladado a un equipo con las limitaciones del Huesca, las dificultades se multiplican y no hace falta que ponga los nombres que hay sobre el tapete y que este año sí, y el pasado también, estuvieron mareando la perdiz para apurar los límites del mercado a la espera de que salga una novia de conveniencia y con buena dote.
Mendilibar lo dijo bien claro y yo me identifico con un técnico tan honrado y cabal: "Al final lo normal es que se vayan. Hablan con los jugadores antes que con el club, se ponen de acuerdo con ellos, ofrecen miseria al club pero engañan al jugador. Es difícil. Y un jugador que tiene dos años de contrato y le están tocando las narices. Dicen que hay sanciones y cosas de esas, pero no las termino de ver".
Se han enterado. Pues eso. Habrá que esperar a ver cómo queda el equipo, pero antes que nada me voy a permitir la osadía de hacer una recomendación a los aficionados: que sigan fieles siempre sin reblar y que apoyen ahora más que nunca al equipo. No me gusta nada ese soniquete que se escucha por la calle y ese estar mirando siempre al palco (la gestión directiva merece un capítulo que ya hacen los entendidos de El Diario de Huesca) cuando lo importante se desarrolla en el césped y lo importante es seguir en Segunda División.