Las batallitas del carca: el patio de recreo

Que cada uno juegue como quiera, pero volviendo a la infancia, cómo disfrutaba el “chupón” cuando cogía la pelota y comenzaba a regatear

28 de Diciembre de 2022
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Joaquín Muñoz entre dos defensas burgaleses
Joaquín Muñoz entre dos defensas burgaleses

Como ya habrán podido constatar -porque los considero inteligentes-, soy un romántico traspapelado. Por eso, no sé cómo mi neurona revoloteó por mi cerebro para retroceder en el tiempo mientras veía y escuchaba a Jorge Valdano y Álvaro Benito hablar de fútbol y me trasladé a mi infancia en el colegio Salesiano.

El argentino considera que “los entrenamientos a uno y dos toques”, que sirvieron para dar forma al modelo del fútbol tiki-taka, “son una aberración”, porque ha conseguido “hacer desaparecer al regateador”. El madrileño ratificó que “el regateador está mal visto” porque los embriones de futbolistas “entran en la cadena de montaje” para ser formados en “la táctica colectiva”, que es lo más fácil y se puede aprender más adelante.

En esos momentos me trasladé al patio del colegio Salesiano, donde a la hora del recreo salíamos 200 chavales al terreno de juego, cada clase con su pelota y todos jugando a la vez. Los más habilidosos hacían las paredes con la tapia (estaba permitido por el reglamento) y para esquivar rivales, compañeros y a los jugadores de otras clases había que regatear hasta tu sombra. Todo hasta que el hercúleo Eliseo, al mando de los de Sexto, salía arrollando cual poderoso panzer y las aguas del mar rojo se abrían para dejarlo delante de la portería rival, de la que huían los cancerberos para evitar el pelotazo. Eran los ‘chupones’, que no soltaban el balón hasta que lo perdían, y pocas veces.

Valdano y Álvaro apuestan “por el fútbol de la calle” de antes y que ahora está siendo sustituido por “la enseñanza en las academias”, o como diría mi admirado Petón: “me ha jubilado el maldito big data” que está inundando todas las secretarías técnicas de los clubes. Y de esa estirpe era Luis Costa cuando entrenaba al Huesca y les pedía a los delanteros que encarasen a los rivales siempre. En su habitual tono didáctico -era un adelantado a su tiempo- recalcaba que en esa zona del campo “hay tres jugadas y dos son positivas. Si regateas te quedas delante del portero, si te hacen falta dentro del área será penalti; y la única negativa es que te quiten el balón. A ver en qué parte del campo sucede eso”, nos interrogaba. “Lógicamente, cerca del área”, respondía el más veterano.

Por eso, en el fútbol actual, cuando te encuentras con equipos bien ordenados en defensa y que se cierran con muchos hombres atrás, hasta los conjuntos más poderosos y con jugadores con recursos tienen verdaderos problemas. Y si no que se lo pregunten a Luis Enrique, a Neymar o a Cristiano Ronaldo, que pese a sus cualidades se han aburrido de dar y dar pases y más pases, como si se jugara al balonmano al borde del área, sin encontrar las fisuras en la muralla contraria. “Con que le salga uno de diez intentos, el regateador ya ha hecho su servicio”, apostillaba Álvaro Benito.

Así se han popularizado eufemismos como el del “pase de seguridad” cuando se retrasa la pelota sin romper ninguna línea, el falso nueve (figura que inventó Hungría en el Mundial de 1938 jugando contra Inglaterra para despistar a su doble W) y el ya cansino porcentaje de la posesión del balón (En El Alcoraz también hemos visto varios ejemplos). Es evidente que, como decía Luis Costa, “si tienes el balón no te pueden hacer gol”, pero se está llegando a unos extremos que empachan.

Yo no doy por enterrado el tiki-taka, y tampoco soy de los que denuestan ese modelo de juego porque en mis tiempos también se salía jugando desde atrás (o lo intentábamos), me gusta ver cómo combinan los futbolistas y para eso hace falta desarrollar una buena técnica individual que siempre ayuda a mejorar el potencial de las plantillas. El fútbol necesita equilibrio y los jugadores tienen que saber tomar las decisiones porque todos los ‘fundamentalismos’ generan debates y no siempre vas a tener a Messi, Iniesta, Xavi, Villa, Fernando Torres, Xabi Alonso o Busquets. Aunque tampoco hay que olvidar que con ese patrón ganaron títulos mundiales y europeos selecciones como España o Alemania, mientras que Italia, el rey del catenaccio, se ha quedado fuera de grandes citas últimamente.

Al fútbol se puede jugar de mil maneras y todas son válidas: que cada uno juegue como quiera, pero volviendo a la infancia, cómo disfrutaba el “chupón” cuando cogía la pelota y comenzaba a regatear, aunque a veces tuviera dificultades para encontrar la portería y se tenía que escuchar el típico “suéltala”.

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