"Las batallitas del carca": las pretemporadas

Toca ilusionarse con el inicio liguero, prepararse para disfrutar con el fútbol y seguir siempre fieles sin reblar con el Cuco Ziganda y los suyos

11 de Agosto de 2022
Guardar
Dani Escriche en pretemporada. Sirven para lo que explica "el carca en sus batallitas". Foto: SD Huesca
Dani Escriche en pretemporada. Sirven para lo que explica "el carca en sus batallitas". Foto: SD Huesca

Mantenía Luis Costa, allá por el año 1977 cuando dirigía el banquillo azulgrana, que el Huesca nunca alcanzaría ningún éxito deportivo porque en pleno trabajo de pretemporada aparecía para trastocarlo todo la celebración de las fiestas de San Lorenzo. Y no le faltaba razón.

Por este motivo estableció un toque de queda a las 12 de la noche para que sus futbolistas se recogieran en sus domicilios, aunque para los jugadores de casa (mayoría en aquellas fechas) resultaba harto complicado. Y si no que se lo pregunten a Chera o a Agustín Lasaosa, entre otros muchos.

El que fuera gran extremo goleador en su época, e impulsor junto a Petón del actual proyecto azulgrana, se presentó en un entrenamiento laurentino con un aparatoso apósito en su barbilla y sus divagantes explicaciones no lograron convencer a Luis Costa, que para esas horas ya se había enterado de que en la corrida del día ante el delantero se había lanzado al coso taurino para rendir tributo al torero de la tarde; con tal mala fortuna que tropezó con la barrera y se dio de bruces con el albero.

Quizás por eso, o para darle la razón al maestro Luis Costa, en cuanto asumió las riendas de la S.D. Huesca, Agustín Lasaosa tomó la medida de trasladar la pretemporada a Benasque mientras en Huesca se celebraban las fiestas en honor de San Lorenzo. Si las fechas no se ajustaban a la planificación de los técnicos siempre estaba Logroño -o este año Valencia-, para alejar del bullicio y la tentación laurentinos a los futbolistas.

Y el caso es que desde entonces, y sin poner en duda la profesionalidad de los jugadores, la medida ha parecido surtir efecto porque el Huesca está viviendo su época más brillante de su palmarés hasta alcanzar la cima de la Primera División en dos ocasiones.

Sin embargo, las pretemporadas, y más en las circunstancias en las que se realizan actualmente, con partidos antes de que se acabe el plazo de fichajes, siempre han sido un foco de discordia. A los entrenadores les sirven para sacar sus conclusiones mientras los aficionados debatimos sobre la idoneidad de tal o cual fichaje y sobre las posibilidades clasificatorias del equipo. Todo humo.

Uno recuerda al Espanyol de Javier Clemente sufrir para imponerse por 2-0 en un amistoso en El Alcoraz con dos penaltitos -que se diría ahora- en los minutos finales que casi atrapó Rafa Lacasa y después de brillar en Europa hasta el punto de desperdiciar un 3-0 en el partido de ida de la final. Y en el lado contrario de la balanza, ver como el Zaragoza goleaba en el entonces tradicional partido de fiestas de San Lorenzo y después pasarlas canutas en la Liga para lograr la permanencia.

Por eso, después de haber pasado por la penitencia de la pretemporada, toca ilusionarse con el inicio liguero, prepararse para disfrutar con el fútbol y seguir siempre fieles sin reblar con el Cuco Ziganda y los que salten al campo para defender el escudo del Huesca cada jornada.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante