La lluvia y algún granizo nos acompañó mientras subíamos en bus hasta Ansó, con brazos de niebla llenando valles y rodeando montes, estampa de otoño en esta primavera que nos desconcierta. Hay que tener ganas para salir un día así al Pirineo, pero como algunas predicciones marcaban sol a partir de media mañana, pues allá que vamos el grupo de Turismo por el Alto Aragón de Peña Guara, a pasar un buen día por los bosques de esta zona.
Y al llegar al pueblo nos recibe un buen rebaño de ovejas sueltas pastando a su aire por el entorno del pueblo, vaya si se nota la campaña de “Ansó con ganau” que han lanzado para apoyar el trabajo del pastoreo por estos montes y así mantener el modo de vida que durante tantos años marcó la vida y el carácter de estos valles, no se puede lucir mejor esa idea.
Dejamos las ovejas a lo suyo y antes de empezar la ruta nos subimos al pueblo para pasear por sus calles, no en balde es uno de los más bonitos de España, llegamos hasta la iglesia de San Pedro (Siglo XVI), bien iluminada previo pago y cuidada, con preciosos retablos barrocos en toda la nave además de un sobresaliente arco como soporte para el coro, después por el pueblo, casas de piedra, a cual más bonita, paso por la panadería guiados por la olor y las preciosas macetas que tiene en la puerta, una de flores de nieve bien curiosa, luego la Casa Torre Medieval y cualquier otra fachada de casa que todas son de admirar.
Paseado el pueblo, admirado otro rebaño suelto y todavía con el cielo nublado, nos fuimos acercando al inicio de la senda marcada como GR15 que, limpia y bien marcada, cruza el barranco de la fuente por un puente de madera y va ascendiendo por un precioso y tupido bosque vestido por la vegetación típica de la zona, enormes pinos, abetos, líquenes, todo tipo de monte bajo,
Mención especial hay que tener para la enorme cantidad de flores de todas las clases y colores y olores que visten esta senda desde el inicio hasta el mismo final, no hay color que falte en todo el recorrido, lo que hizo las delicias de todos y nos permitió llevarnos fotos increíbles, un lujo inolvidable para los sentidos.
La senda iba ascendiendo de forma suave y el sol comenzó a aparecer haciendo la vista de los bosque luminosa e interminable en todas direcciones, mientras, se sucedían los tramos de umbría y otros soleados, lo que hizo el ascenso muy cómodo y salpicado con bordas de piedra casi derruidas y ya invadidas de vegetación como la de Catalán o la de Tixinero, que aún parecen esperar un milagro que las salve.
En una zona de la senda entre sol y sombra hicimos la parada para almorzar apaciblemente mientras se disfrutaba de la vista, la charla y la comida, sin que faltara compartir variados lamines y algún que otro caldo, hasta que hubo que mover que aún quedaba ascenso.
Retomamos pues la senda siempre agrupados y en poco rato llegamos a una zona de abrigo con visera de roca y cuevas conocida como Espelunga Parribio, que sirvió en su día de refugio ocasional y abrevadero para el ganado, ya que cae por la roca una cascada de agua de caudal muy variable según las lluvias, ayer bajaba sólo un pequeño hilo de agua, señal de que en esa zona no habías llegado las tormentas, sólo el calor de las últimas semanas.
Tras dejar el abrigo rocoso seguimos la senda y después de pasar junto a la borda Botero desembocamos en una pista con indicaciones hacia varios puntos, nosotros seguimos subiendo por la GR15 un pequeño tramo, hasta llegar al collado de lo Peñazo (1.186 metros) que es la divisoria entre los valles de Ansó y Hecho, allí pudimos disfrutar de muy buenas vistas hacia Peña Forca, Castillo D’Acher, … y todos los bosques inmensos de este territorio.
Nunca dejamos de admirar las sendas que nos llevan por todos los montes, el buen sentido y el trazado con que fueron hechas por las generaciones que habitaron estos pueblos, caminos imprescindibles para la vida y comunicación entre valles, pardinas, campos, fuentes y ermitas, hechos de la forma más eficaz y para transitarlos con el menor esfuerzo posible.
Tras descansar un rato y admirar el paisaje en el collado, comenzamos a bajar por la otra vertiente hacia Hecho, igualmente por una preciosa senda que va atravesando el bosque y que pasa por la Fuen Da Cruz y sigue bajando hasta un punto señalizado en el que nosotros dejaremos la senda GR 15 y nos desviamos por una pista a la derecha hacia el Camino Basa.
En este camino iniciamos un recorrido, con la vista de Hecho al fondo, donde fuimos encontrando unas esculturas en piedra caliza traída de Peña Forca y talladas por artistas varios con todo tipo de imágenes y símbolos, estas esculturas van bordeando el camino y terminan junto Hecho en unas amplias terrazas de hierba con una fuente donde dimos por terminada la ruta y pudimos refrescarnos y ponernos a comer a la sombra junto a la fuente, perfecto final para una preciosa jornada.
Mas o menos: Desnivel m./km:/H: +470 metros, -590 metros, 12 kilómetros, 5,5 horas.
Ventura para todos y hasta la próxima.