Juan Carlos Orduna, más conocido como Canito, deja el Peñas Oscenses, el club de su vida, después de 30 años a su servicio. Es una persona que desprende amabilidad y el club altoaragonés bien lo sabe. Empezó como jugador, tuvo que retirarse de los terrenos de juego por una lesión de rodilla, formó parte del cuerpo técnico del equipo infantil y ya en la temporada 1998/99 se puso al frente del Femenino.
"El Peñas ha sido una casa para mí. Después de 30 años, he conocido a mucha gente y he hecho muy buenas amistades. Al haber entrenado a gente, aún te ven por la calle y te saludan, y eso es lo bonito. Es lo que me llevo por delante", expresa con sinceridad, justo después de cuestionarle por el mejor momento, aunque es absolutamente imposible elegir uno: "Me quedo con todos".
Hace unos días, el club de su vida le rindió un merecido homenaje por su extensa trayectoria en todos estos años al servicio, un Peñas Oscenses en el que reina "el buen ambiente". "No me lo esperaba. Recordamos los tiempos pasados y me regalaron un reloj. Estuvo muy bien".
Recalca el agradecimiento a todos los ayudantes y delegados que ha tenido durante este tiempo. "Gracias por todo", reafirma. Una vez "colgadas las botas", es momento de echar la vista atrás y recordar algunos de los momentos más importantes de la historia del club. Canito dirigió al equipo Femenino durante varios años. Logró un ascenso a Primera Nacional y pudo disfrutar dos años de esa categoría. "Fueron años muy bonitos. Cogí crías con 12 años y las dejé con 23 o 24. Después volví con críos en infantil DH en 2010/11 y también estuve con cadetes y juveniles", señala.
Habla de la salud actual del Peñas, sobre todo tras el convenio firmado con la SD Huesca: "Creo que le va a ir bastante mejor. El Peñas necesitaba un cambio porque estaba un poco estancado. Ahora, pienso que irá bastante mejor". También reconoce que, cuando se produjo el "boom" del Huesca en la ciudad con los ascensos a Primera, "eso se notó". Sucedió algo similar a lo del baloncesto, cuando subió a ACB; "todo el mundo hacía baloncesto, entonces ahora eso les llama a los niños".
El Peñas milita ahora en Primera Regional y el fútbol base cuenta con un nutrido número de jóvenes futbolistas, por lo tanto "está bien porque es difícil mantener a todos". El Peñas ha tenido equipos importantes como los Cadetes DH, el Juvenil DH, aquel Peñas que pisó Tercera y ese Femenino que ha estado bastantes años alternando entre Primera Nacional y la territorial. "Ha sido competitivo y bueno".
Volviendo a la figura de Canito, sabe que no es sencillo aguantar tanto tiempo en un lugar, y más si hay fútbol de por medio. Sin embargo, pese a que sabes el "desgaste que conlleva porque son tres entrenamientos semanales, además del sábado, hay que tener contentos a los críos... Pero vamos, para mí no ha sido ningún problema".
Finaliza dejando muy claro cuál es para él el objetivo del fútbol base: "No hablo de División de Honor, que ahí sí que tienes que mantener una categoría, lo importante es que se lleven entre amigos, que, sobre todo, se lleven bien y que jueguen y se diviertan".