Chimy Ávila volverá este sábado a la que fue su casa. Esa en el que vivió tantas y tantas alegrías. Esa en el que todo el mundo le quiere. Es El Alcoraz, el estadio azulgrana. El argentino es un devoto de San Lorenzo -nunca se ha escondido- desde que pisó esta tierra. Y cada vez que habla de Huesca recuerda el cariño que le tiene esta ciudad.
"Estoy feliz por volver a la ciudad que me acogió por primera vez acá en España, con una afición que me ama y amo tanto también y donde mis hijas aprendieron a ser felices", comenta Chimy Ávila en una entrevista concedida a El Correo Andalucía.
"Fueron dos años muy bonitos de mi vida que quedarán en mi retina para toda la vida, tanto de la mía como de cada oscense. Quedarán marcadas para siempre mi vida y la de mi familia. Conseguimos un ascenso que nadie se esperaba y que se logró", añade.
En esta entrevista confiesa que se marchó de Huesca "muy triste con el tema del descenso que uno no se lo imaginaba. Habíamos hecho una segunda vuelta genial con la llegada de Francisco y descender e irme de esa manera me dolió mucho aunque me iba con el cariño y el amor de cada oscense".
Con ese descenso, Osasuna se lo llevó para la temporada 2019/20 y de ahí se marchó al Betis. Desde que pisó Primera con el Huesca (2018/19), ya no ha salido de la categoría pese a las dos lesiones graves de rodilla que ha sufrido.