El atleta de Intec-Zoiti Christian Iguacel apura sus vacaciones estivales en casa y con los suyos. Ha disfrutado de unos días de descanso entre Javierre de Bielsa y Huesca, pasando por Naval, y piensa ya en la próxima temporada. Seguirá en el club oscense, al que se incorporó en diciembre de 2019 y por tanto afrontará su séptima campaña con los verdes, donde en todo momento ha exhibido madera de líder y ha mostrado una gran implicación y compromiso.
Con Christian Iguacel pasamos revista a este año en el que ha habido de todo, según cuenta. “Empecé muy fuerte, en pista cubierta dos medallas, una de bronce y una de plata en el Europeo. En la primera carrera al aire libre hice marca personal (el 45.66 en Botswana), luego se estabilizó la temporada, volví a crecer para el Mundial, donde llegué en muy buena forma como se demostró en los tests que hicimos, y me quedé con la rabia de no haber competido allí. Fue una decisión del entrenador y no hay vuelta atrás. Ya quedó en el pasado y toca recargar pilas y pensar en el año que viene, no queda otra”, explica.
El cambio de seleccionador en Bélgica parecía devolver la ilusión a Christian Iguacel, que se había quedado sin poder debutar en los Juegos Olímpicos de París, pero la frustración se repetió en el pasado Mundial de Tokio, donde fue más de lo mismo ya que no le brindaron la posibilidad de disputar ninguna prueba. “La verdad es que sí ha sido frustrante. Lo que me ha extrañado es que el seleccionador nuevo entró con un poco de miedo a las competiciones mientras que el anterior venía con la confianza de que íbamos a lograr un buen resultado. En sus decisiones llega con un poco de miedo porque se nota que no confía al cien por cien el entrenador nuevo, trabaja mucho con los números pero pierde un poco lo que tenemos en Bélgica en el 4x400, que siempre estamos allí”.
Y se quedó el belsetano con las sensaciones de unos buenos resultados en los entrenamientos pero sin llegar a la línea de salida en la competición. “Hicimos dos o tres tests donde se vio claramente que estaba por encima del resto, pero al final la decisión es del seleccionador. Siempre te la puede justificar de una u otra manera aunque tú puedas pensar que no es así. Al final estás ahí como parte del equipo, intentas aportar lo que puedes aunque en tu interior te frustra no poder correr”, señala Christian.
Han sido, confiesa, dos golpes duros los que ha recibido en estos dos últimos años al quedarse en la reserva de los Juegos y del Mundial. “El seleccionador anterior me ha dado buenas lecciones de vida ya que, aunque estés en tu mejor estado de forma, no puedes confiar en otras personas y trabajar en lo tuyo, hacer tus marcas y luego saldrán o no saldrán las cosas. Ahora voy a empezar de nuevo con la idea de correr lo máximo posible en las pruebas individuales y aportar el máximo al club y hacer lo que yo puedo controlar. Y el “politiqueo” y todas esas cosas son otro tema. Pero si empezamos corriendo rápido, es lo principal. Si pienso en mí y hago las marcas que creo que soy capaz de hacer, no creo que haya muchas dudas. Hay que confiar en ello y en seguir trabajando para eso y con todo el equipo que tengo me voy a enfocar”.
El calendario internacional de 2026 se presenta de nuevo tan atractivo como exigente. Mundial de pista cubierta (será en Torun, Polonia, del 20 al 22 de febrero y donde Bélgica defenderá el título logrado en 2024 en Birmingham), el Mundial de relevos (en Botswana, el 2 y 3 de mayo) y el Campeonato de Europa al aire libre (en Birmingham, del 10 al 16 de agosto). Todo empezará en breve, con una larga concentración en Sudáfrica desde primeros de diciembre hasta mediados de enero.
En el Europeo ve más factible alcanzar la mínima para el 400 individual, además de mantener sus opciones en los relevos. “De momento, las marcas internacionales que han salido están en línea de lo que es posible. En Bélgica estamos de seis a ocho atletas en ese nivel, yo lo voy a intentar sí o sí, pero eso se verá en el verano de 2026”, comenta.
Va a vivir, también lo anticipa, un año de cambios. El primero el del entrenador, con lo cual pretende elevar el nivel para un optimizar más el rendimiento. “Estoy hablando con otros entrenadores para hacer un grupo de más calidad de entrenamientos para trabajar con más calidad y tener esa presión de otros atletas que te llevan a lo más alto, porque de momento estoy con gente muy rápida pero que en el 400 no me llevan a ese punto”, matiza.
Y por sexto año seguirá en Intec-Zoiti. “Tengo que mirar el calendario y ver si las citas grandes internacionales me interfieren o no para venir a la Liga y ver cómo lo manejamos. Pero el equipo siempre puede contar conmigo. Hemos hecho un gran año. Hemos vuelto a ser el mejor equipo de Aragón y seguir un año más entre los 16 mejores de España ya tiene un gran mérito. Somos conscientes de que debemos seguir trabajando para mantenernos allí y darle al club todo lo que se merece. La plantilla que tenemos es muy buena. Tenemos que salir con la idea de que vamos a sacar lo máximo posible y lo que salga, saldrá”, concluye Christian Iguacel.