Con la mejor de sus sonrisas emprende viaje a Bruselas la montisonense Cristina Espejo. Le espera este domingo el Campeonato de Europa de cross. Es el regreso, su quinta internacionalidad con el equipo nacional en esta competición después de haber sido en una ocasión como Sub-20, en tres como Sub-23 y en una como Absoluta, en 2019. Cuatro años después ha borrado del mapa el calvario del dolor y las lesiones. Su regreso llega en un excelente momento de forma.
“Estoy muy ilusionada y con muchas ganas, como si fuera una cadete”, afirma con un semblante que irradia felicidad. “Por primera vez desde hace mucho tiempo me veo en un buen estado de forma. Hasta Soria habíamos sido muy precavidos ya que habíamos metido mucho volumen en los entrenamientos. Pero en las tres últimas semanas la planificación ha sido perfecta. Cada entrenamiento ha sido mejor que el anterior y las sensaciones son muy buenas”, afirma rotunda.
Su progresión así lo acredita. Se ha ganado el billete para el Europeo con su segundo puesto en Castellón (primera española), el décimo en Itálica (tercera española) y el séptimo en Soria (cuarta española). Suficiente para que los responsables de la selección le dieran una de las seis plazas del equipo.
“Aparte de que las cosas vayan bien, soy consciente de lo que hay. En chicas no hemos hecho grandes cosas en este campeonato, pero creo que hay un equipo muy compacto, con muy buen rollo entre nosotras y estoy segura de que se notará en el resultado. Tengo un presentimiento positivo”, señala Cristina Espejo.
A título individual considera que está para pelear por una de las 15-20 primeras posiciones, si bien matiza que “para eso tengo que hacer la carrera de mi vida y ahora mismo no he tenido tiempo de ver con qué gente me tengo que medir. Me gustaría pelear por ser la primera española”. Sobre la marcha, y con su entrenador al lado (José Antonio Redolat) podrán preparar la estrategia hasa seguir. Aunque las ideas están claras: “Quiero salir valiente, peleona y disfrutar. Voy con todo. Gente del equipo como Marta, Irene o Carolina son buenas ruedas a seguir. Quiero ir pegada a ellas y cuando haya que cambiar, hasta que el cuerpo aguante. Ha costado mucho llegar hasta aquí y estoy mentalizada para sufrir”.
A la espera del reconocimiento que harán este sábado, las referencias que tiene del circuito no difieren mucho de lo que se habrán encontrado en otros europeos. “Esperemos que no se ponga como un barrizal. Y si se pone, porque parece que dan lluvia, que sea “barrito” en el que se pueda correr. Está situado en un parque, con subida y bajada, en dos parcelas que forman como un pequeño bucle”.
La fuerza del conjunto es lo que puede llevar a la selección al podio por equipos. “Hace muchos años que España no se sube al podio y pienso que si cada una rendimos al nivel al que hemos estado compitiendo, podemos rascar un bronce”, concluye la montisonense.