El pospartido del Huesca-Racing se ha perpetuado hasta hoy -y lo que te rondaré- en redes sociales encendidas por las hordas tuiteras de todos los pelajes -menos con la debida educación, mayoritariamente con dificultades incapacitantes de comprensión lectora- y un nuevo episodio ha afectado a la propia cuenta en X del Racing de Santander.
El equipo cántabro ha puesto los tres goles y, en el caso del primero, Dani Jiménez ha expresado su malestar: "Desde el mayor de los respetos, ¿es necesario ostentarse con un gol donde sufro una lesión grave y se escucha mi dolor? Tenéis dos goles más significativos y que podéis potenciar pero este, ¿de verdad?", y lo acompaña del emoticono del asombro.
En el video, que es de la Liga, se escuchan perfectamente los intensos gritos de dolor del portero oscense, que resultan sobrecogedores -salvo casos de insensibilidad, que haberlos, haylos a patadas-, por lo que no parece demasiado oportuno que una cuenta institucional de un club recoja unas imágenes y sonidos que pueden herir la sensibilidad de cualquiera -como se explica en los rótulos informativos o cinematográficos-.
En cualquier caso, en estos derroteros es donde entra la ética individual y colectiva, e incluso la rectificación que es de sabios pero no enciende las bajas pasiones.
Llegado este momento y tras el aluvión de insultos (uno no quiere ni calcular qué hubiera sucedido si habría ganado el Huesca, como sucedía hasta que el partido se disputó en igualdad), siempre nos quedará Umberto Eco: "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.