El desencanto se apodera del Alcoraz pese al rescate de un punto de golazo de Óscar Sielva (2-2)

Errores obscenos colocan el 0-2 a favor del Villarreal y Loureiro acorta distancias en otro partido plano de los de un Cuco ya cuestionado

16 de Septiembre de 2023
Guardar
Todos celebran el 2 2
Todos celebran el 2 2

Huesca, 2 - Villarreal B, 2

FICHA TÉCNICA: 

Sociedad Deportiva Huesca: Álvaro Fernández, Juanjo Nieto, Loureiro, Jorge Pulido, Iván Martos (Ignasi Vilarrasa), Óscar Sielva, Javi Martínez, Javi Mier (Kento Hashimoto), Rafa Tresaco (Gerard Valentín) (Kanté), Hugo Vallejo (Joaquín Muñoz) y Samuel Obeng.

Villarreal B: M. Morro, Alti (Gelardo), Abraham, Del Moral, Carlo, Forés (Tiago), Ontiveros (Gelardo), Pascual (Ferrari), Lekovic, Rodrigo (Lanchi) y Espigares.

ÁRBITRO: Salvador Lax, murciano, auxiliado en el VAR por Sagués Oscoz. Ha amonestado a Jorge Pulido por protestar, a Kento Hashimoto, Obeng y Joaquín Muñoz, y a Lekovic en el Villarreal B

INCIDENCIAS: Estadio de El Alcoraz. 5.025 espectadores según el recuento oficial. 

GOLES: 0-1: Minuto 15: Forés. 0-2: Minuto 31: Ontiveros. 1-2: Minuto 54: Miguel Loureiro. 2-2: Minuto 93: Óscar Sielva.

El Huesca sigue sin estrenar el casillero de victorias después de un empate pírrico ante el Villarreal B, al que su conformismo ha condenado a dejarse dos puntos en El Alcoraz, los tres que había alcanzado por los errores groseros de los del Cuco Ziganda. Dos arreones, un testarazo monumental de Loureiro y una falta al estilo Luis Aragonés de Óscar Sielva han arreglado algo el desaguisado, pero es obvio que el divorcio con esta paciente afición (ha estado de diez animando incluso con el 0-2 hasta que ha explotado) es muy profundo y, hoy por hoy, hay que aceptar que este equipo tiene las carencias que todos padecemos como aficionados. La esperanza es lo último que se pierde, pero la paciencia está vaciando el vaso.

La puesta en escena del Cuco Ziganda, con un 4-1-4-1 o, si se quiere, un 4-2-3-1 con Javi Mier y Sielva en el eje, y el debut sorprendente de un Rafa Tresaco que ha comenzado bien pero se ha desinflado, ha permitido constatar que entre los nuevos hay fútbol, pero también que hay poca ambición en la apuesta tanto individual como colectiva. Esto es, que hay poca chicha. Si, además, entregas una de las bandas al contrincante, los daños pueden ser letales. No son colaterales, sino laterales, porque la banda derecha era una broma de la que se ha reído hasta la saciedad un ex, el amigo Ontiveros. Mejor tenor en la latitud contraria, con Hugo Vallejo y Javi Martínez que probablemente acumulan el mayor talento de esta plantilla.

Así las cosas, parecía que todo transcurría con una cierta atmósfera de esperanza hasta que, cumplido el cuarto de hora, un obsceno error en el que ha tenido lo suyo la defensa pero sobre todo un Álvaro que no puede seguir en esa línea de desatención, Forés se ha encontrado con un regalito y ha marcado a puerta vacía (0-1). Justo o no justo, revelador de las penurias.

Ha querido recomponer el ánimo el cuadro del Cuco Ziganda, que es más previsible que el voto de la investidura, y ha intentado hilar con escaso éxito alguna acción. La primera y casi única ha sido un córner en el que se han puesto de acuerdo los jugones, Sielva para Mier y éste para Javi Martínez, que se suelta un zapatazo que hace temblar el larguero.

Este halo de esperanza ha durado poco. Estaba Ontiveros motivado y se marcaba un baile continuo con Nieto al que el lateral no tenía réplica. En el minuto 31, el ex azulgrana, desde una posición parecida a la del único gol de su temporada en Primera con el Huesca, se ha marcado un zapatazo que ha superado a Álvaro por arriba (0-2).

Desesperación y también la constatación de que en este Huesca la única que está a la altura es la afición, que ha querido insuflar ánimo pese a su patente decepción (lo de los tornos de Huesca es digno de estudio: 5.025 con el campo escasamente poblado). Solo ha tenido el cuadro del Cuco dos arreones finales que no ha aprovechado un Obeng que no ha tenido una ocasión en seis partidos. Y así, con el uy en un remate del ghanés, ha llegado el reposo.

El entrenador del Huesca ha entendido que no era buen día para probar la pericia y el valor de un canterano y ha puesto sobre el césped a Gerard Valentín, uno de los pocos recursos de desborde de esta plantilla. El arranque ha sido brioso, con dos saques de esquina con un único remate, fuera de Pulido. Y al tercero ha ido la vencida. Sielva bota el córner y Loureiro cabecea fabulosamente a la escuadra (1-2). Mientras hay vida, hay esperanza.

Nuevo cambio de rumbo del Cuco. Hacía falta la energía de Kento Hashimoto (seguramente el único centrocampista con músculo), y ha sustituido a Javi Mier, y Joaquín Muñoz a Hugo Vallejo. Volvían los clásicos, y, pese a un susto por los titubeos de Álvaro, el Huesca se ha hecho con el dominio del medio campo. En el 65, Pulido, que había hecho una gran jugada, ha pedido mano de la defensa amarilla, pero estando Sagués Oscoz (el de Burgos)... ya se sabe.

El partido se ha vuelto intrascendente, más propio de los sucesos de las tarjetas amarillas que de la claridad de ideas. El Villarreal se ha metido en una espiral de cambios conservadores. El Huesca atacaba con más pundonor que otra cosa, y el enfado del público le incitaba a pedir por vez primera la cabeza del Cuco, para continuar con varias cánticos de "Directiva, Dimisión", que se ha repetido tras el partido. Y eso que Óscar Sielva ha tomado el balón en el minuto 93 y ha mirado con su ojo de metrónomo para poner el balón donde ha puesto la vista para el 2-2.

Final triste. Repetición de los cánticos de descontento y aplausos para los jugadores, quizás porque descargan de ellos la responsabilidad. Más probablemente porque más allá no llegan.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante