A mitad de marzo, la SD Huesca División de Honor Juvenil se encontraba tan sólo un punto por encima de los puestos de descenso. Ahora, apenas un mes después, ya ha obtenido la salvación en la categoría; el objetivo desde el pasado verano.
Diego Serrano tomó el relevo de Víctor Izuel. Se produjeron cambios en el banquillo, también en la plantilla -de forma profunda-, pero aun así el equipo ha dado la talla en la máxima categoría juvenil. El buque insignia de la Base Aragonesa de Fútbol ha respondido, y la temporada que viene podrá seguir diciendo que compite contra las mejores canteras de España.
El entrenador charla con EL DIARIO DE HUESCA para hacer balance de una temporada larga, pero con final feliz.
Pregunta: ¿Qué análisis hace de la temporada?
Respuesta: La temporada arrancó de una manera dura porque nos costó ensamblar el equipo más de lo que pensábamos. Además, nos enfrentábamos a rivales de entidad y eso hizo empezar con déficit de puntos. A partir de mitad de esa primera vuelta, empezamos a ganar partidos y nos dio confianza. Creo que hemos hecho una segunda vuelta muy brillante. Tuvimos dos tropiezos contra Platges y Constància en situaciones que tendríamos que haber sacado, pero luego hemos ganado partidos importantes en el tramo decisivo de la competición. La temporada ha ido de menos a más, con un final brillante.
P: ¿Ha habido un punto de inflexión? Quizás ese partido contra el Racing Zaragoza o el FC Barcelona en casa.
R: Mi sensación es que justo antes de empezar el tramo de competición contra rivales de nuestras características, hicimos una pequeña conjura para intentar darle la vuelta a la situación. A partir del día de Constància, que ganamos 3-0 en casa, el equipo creo que empezó a sacar resultados positivos y cogimos esa dinámica y confianza de saber que si hacíamos las cosas bien nos iba a dar para ganar bastantes partidos. Ese día nos empezamos a dar cuenta. Es verdad que después encadenamos dos o tres resultados que nos dio ese aire en la clasificación. A partir de ahí lo vimos todo con más optimismo.
P: Una de las claves ha sido encadenar pequeños tramos con tres o cuatro victorias. Son arreones que han dado mucho, también a nivel psicológico.
R: Sí. La competición para nosotros se dividía en dos mitades. La primera, con partidos hasta la jornada 7 en la que nos enfrentábamos a muchos rivales de los de arriba. Luego, cuando ese calendario se suavizaba, fue cuando hicimos cinco victorias y un empate. Contando luego la derrota contra Girona. En ese mismo tramo, ahora mismo llevamos cuatro triunfos y nos quedan dos partidos para poder igualar los registros de la primera vuelta e incluso superarlo. Hemos ganado a Barcelona, empatado con Espanyol, Damm, Cornellà... rivales de entidad. Hace que la segunda vuelta, quitando los dos borrones de esos partidos, la hayamos hecho muy buena.
P: ¿Ha sido una liga atípica? Sobre todo porque no se ha dado un dominio del Barcelona o Zaragoza como en los últimos años.
R: Es verdad que ha habido equipos de la parte alta que han cedido más puntos de los que ceden otras temporadas. Se quedó Platges Calvià descolgado y, al final, nosotros que íbamos ganando partidos, nunca encontrábamos el día de que lo íbamos a hacer matemáticamente. Al final, todavía hay cuatro equipos en tres puntos. El año pasado, con 31 se salvaron. El Sabadell, por ejemplo, que lleva 33, todavía va a tener que sumar algún punto más para salvarse. Ha sido una competición tremendamente complicada, por lo que todavía hay que darle más mérito.
P: ¿Sentían la presión de tener que volver a repetir lo de la temporada pasada?
R: Bueno, a ver... El objetivo era la salvación. Entonces, yo como entrenador, llevo la presión por el hecho de saber que es el primer objetivo que tienes que cumplir. Además de todo lo que supone estar en una cantera: de formación, de chicos que suban y bajen. De todo eso. Pero es verdad que, no en referencia del año pasado, pero sí con el objetivo de intentar volver a cumplir lo que el club ha propuesto. Tienes esa presión, sí, pero bendita presión. Intentas sacar el máximo de ti, y a todos los que te rodean. Teníamos la incertidumbre de ver si éramos capaces de conseguirlo, pero estábamos convencidos. Con el trabajo y el progreso de los chavales hemos cumplido un objetivo importante para el club. Para los chavales de generaciones que vienen y que puedan disfrutar de esta categoría tan bonita, así como de su formación.
P: No era sencillo. Se pasó de jugar en San Jorge la temporada pasada, a jugar el primer partido de liga en la Base, pero en el campo de césped natural, para después mudarse al artificial. ¿Cómo lo ha vivido?
R: Nosotros hemos acabado jugando en nuestra superficie de entrenamiento. Quieras que no, es una ventaja al tener dimensiones, referencias... Es verdad que el año pasado, en San Jorge, había días en los que a los equipos fuertes podías igualarle las fuerzas. Nosotros, con nuestra idea de juego, estaba claro que necesitábamos tener un campo en buenas condiciones para poder proponer los partidos de tú a tú, como creo que así ha sido. En ningún partido hemos especulado. Ha habido días en los que hemos dominado más y otros menos. Pero siempre hemos ido con una propuesta para ganar todos los partidos. Y para eso ayuda tener un buen campo con unas buenas dimensiones, corriendo el riesgo de sufrir los peligros de los demás equipos que puedan superarte técnicamente.
P: Ha habido un baile interesante en las piezas del equipo. Con cambios en la portería, alternando a Jaime y Eloy, u otros cambios en otras zonas del campo, pero todos han estado enchufados.
R: Sí. Está claro que siempre hay un tramo de competición en los que se puede rotar más, hasta que encuentras tu equipo, por decirlo de alguna manera. Creo que todos los chicos tuvieron la oportunidad de sumarse a ese once, pero es verdad que cuando llega un tramo de competición en el que hay que conseguir los resultados de manera más obligatoria, todos los entrenadores tenemos un equipo base. Es verdad que, quitando ese grupo fuerte de jugadores que siempre sueles tener de seis o siete jugadores, hemos variado mucho. Hemos rotado en portería, teniendo momentos de Jaime y Eloy.
Arriba hemos hecho menos pruebas porque, al final, tenemos dos jugadores diferenciales en la categoría. Es complicados sacarlos del once. Aun así los hemos readaptado para que puedan tener sus momentos. Intento ser lo más justo posible y darles los máximos minutos a todos los jugadores, sin regalar ninguno. No tengo ninguna queja de nadie, con que estoy muy contento de todos.
P: Ayman e Iker Gil han sido los nombres de la temporada. Aunque sólo sea por el tema goleador, pues están en la parrilla de máximos artilleros del grupo. Entiendo que, para usted, debe ser un lujo poder entrenarlos.
R: Está claro. Pero ya no solamente por las cifras, que todo ayuda, sino porque en el día a día son dos chicos excepcionales, que no faltan ni un día para entrenar, que son los primeros en ayudar en todo. Esta semana, estamos entrenando una vez cumplido el objetivo, y siempre podrías tener un momento de desconexión. Pero los ves entrenar a los dos con ese hambre de querer progresar. Son dos chicos que quieren ser futbolistas y saben que para esto has de meter goles y tienes que hacer muchas cosas en el día a día. Son dos ejemplos de que, además de conseguir buenas notas en el examen, que es el domingo, son buenos estudiantes en el día a día porque son los primeros en todo. Ha sido un lujo poder contar con los dos porque nos han ayudado a conseguir el objetivo. Desearles que tengan el mejor de los progresos para que sigan teniendo lo que están mereciendo.