De las manos del doctor Daniel Chaverri Fierro han emanado las esperanzas de Javi Mier y de Hugo Vallejo. Son dos de los beneficiarios de la labor del cirujano oscense que presta sus servicios en la Mutua de Accidentes de Zaragoza. A sus 48 años, atesora una importante experiencia y una reputación ganada sobre los cimientos de la la precisión, la habilidad y el ojo clínico fundamentado en los conocimientos.
Tras sus estudios de Secundaria en el Ramón y Cajal, encauzó sus preferencias profesionales. Fue enfermero (en tal desempeño coincidió en la Junta Directiva del Colegio con quien la presidía, Juan Carlos Galindo) y posteriormente cursó Medicina, primer ciclo en Huesca y segundo en Zaragoza. Tras los estudios, prosiguió su formación en Asepeyo de San Cugat en Barcelona.
El dietario profesional de Daniel Chaverri se divide entre el quirófano (tres días) y las consultas. La entrevista sucede a una operación de cinco horas, una osteomielitis (infección de huesos) que interesa a tobillo, tibia, peroné y astrágalo. Prácticamente orfebrería quirúrgica en dos pasos. El doctor está al frente de la Unidad de Patologías Sépticas, multidisciplinar entre internistas infectólogos, radiólogos, cirujanos plásticos y traumatólogos.
LA CIRUGÍA DEPORTIVA
Trabajando en una mutua, "estamos acostumbrados a focalizar nuestros esfuerzos para que los trabajadores se recuperen y reinserten a sus puestos de trabajo lo más pronto posible. Cuantos menos días de baja, mejor, por lo que siempre hay que optimizar los procesos y hay que ser exigentes. La tecnología y las técnicas avanzan para que los resultados sean óptimos".
En el caso de los deportistas profesionales, existe un paralelismo total, aunque con matices. "Se busca la excelencia. Hay una cierta presión porque se intenta anticipar los tiempos de recuperación lo máximo posible, siempre obviamente sin correr riesgos innecesarios".
Tiene la ventaja, eso sí, de que "el tipo de paciente es de agradecer. Jóvenes y con muchas ganas de reincorporarse. Muy bien dotados físicamente y conscientes de que, de su recuperación, depende su trabajo especialmente. Ponen mucho de su parte".
Por sus manos, han pasado esta temporada Hugo Vallejo y Javi Mier, y en temporadas anteriores en colaboración con el equipo del doctor García Pequerul (por el que profesa una profunda admiración) Doukuré, Pablo Insua o Joaquín Muñoz.
En todos los casos, explica, "con una estrecha relación con el doctor Galindo, que es un gran aliado. Yo soy cirujano y opero directamente, pero el doctor Galindo está presente en todo y luego nos va informando de la evolución, acude a las consultas y ejecuta perfectamente las instrucciones. No sólo hace un gran trabajo sino que es un buen tipo con el que tengo amistad. Así, es más fácil todo, él vive el deporte mucho, está permanentemente formándose y actualizándose. No es cirujano, pero tiene conocimientos y domina los plazos, además de que detecta todos los signos de alarma. La relación es continua".
LOS CASOS DE JAVI MIER Y HUGO VALLEJO
Naturalmente, el doctor Daniel Chaverri no ofrece detalles sensibles para la protección de datos, así que nos ceñimos en la conversación a los aspectos publicables de las dos operaciones que ha protagonizado (a Javi Pérez, en el hombro, le intervino el doctor Ávila).
De Hugo Vallejo, recuerda que "su lesión venía sobre una lesión previa, del cruzado y que afectaba al menisco. Le pilló en un momento anímico bajo que se profundizó con la lesión. Sin embargo, al ver la recuperación rápida, creció su confianza y se vino arriba". En dos meses ya reaparecía contra el Betis.
El caso de Javi Mier fue "más delicado y los plazos de recuperación son más lentos". La extrusión en el menisco es una definición sencilla y simplificadora, porque la operación fue muy laboriosa, "con gestos quirúrgicos en el cruzado y algunas lesiones condrales".

Y, sin embargo, asegura el doctor Chaverri que "ha sido un lujo trabajar con ellos, porque se acorta todo. Su umbral del dolor no es como el de un trabajador cualquiera, ven las molestias como algo normal y son disciplinados al máximo en su recuperación. De hecho, Javi Mier es muy sufrido, es un gran chaval. Estuvo un mes con infiltraciones, salía al campo y lo daba todo. Un jugador comprometido. El objetivo era pasar la temporada, pero no pudo ser y adelantamos la intervención quirúrgica".
AZULGRANA DE CORAZÓN Y BISTURÍ
El Huesca es una empresa mutualizada con la MAZ, y en este sentido los ven "como trabajadores, como mutualistas de las empresas. Siempre nos adaptamos a cada empresa". Pero, establecida esta cierta distancia, la acorta hasta el cero en la siguiente expresión: "Al ser tu equipo, lo haces con más corazón. Vas al campo y les ves jugar, cuándo se lesionan, cuándo se reincorporan cuando están en horas bajas". Sigue cada caso, por ejemplo el de Iker Unzueta y su fascitis plantar, que ha requerido infiltraciones ecoguiadas y el trabajo de los fisioterapeutas del club y los podólogos de Podoactiva.
Explica ese balance de riesgos que asumen en la asistencia a los futbolistas y a cualquier trabajador. "El cariño, el mimo y técnicamente es igual para todos. Pero nos adaptamos dependiendo de las necesidades. Por ejemplo, hacemos infiltraciones a los deportistas que a otros pacientes no aplicamos porque aquellos tienen que jugar y las necesitan. Hay menos limitaciones con los deportistas de élite", y recuerda un caso en sus tiempos de Asepeyo cuando hubo que aplicarla a Carles Puyol porrque tenía que jugar una final. "Estuvo infiltrado hasta las orejas". Eso sí, hay que buscar un equilibrio, "porque el abuso puede influir negativamente en el cartílago".
"Me gustaría que la gente valorase que están trabajando al 200 por cien, y eso evidentemente conlleva un riesgo alto de lesiones"
Asume que, en el ejercicio de su profesión, le "ayuda la afición. Estoy más al tanto de las lesiones de deportistas a nivel articular". Y, en el campo, en El Alcoraz, adonde acude con su padre siempre (abonados desde tiempos seculares), aparte de ver el partido, "veo cómo cojean o cómo se lesionan, si se tuercen el tobillo de una forma u otra o si tienen inestabilidad en el tobillo". Este mismo sábado, en el descanso, ha estado en contacto telefónico con el doctor Galindo por la fractura del quinto metatarsiano de Javi Hernández. Y por televisión intuyó el alcance de Rubén Pulido en La Coruña, "sólo había dos opciones, o rotura fibrilar o menisco con impacto al correr. Pero por los gestos al tocarse el muslo intuí algo muscular".
En su filiación azulgrana, va más lejos: "Me gustaría destacar la implicación y compromiso de todos los jugadores que los ha llevado a estar en lo alto de la clasificación y poder soñar. Esto no es gratuito y me gustaría que la gente valorase que están trabajando al 200 por cien, y eso evidentemente conlleva un riesgo alto de lesiones. Así que quiero agradecer públicamente, como azulgrana, el gran esfuerzo y trabajo de los jugadores y cuerpo técnico. De las lesiones, nos encargamos los servicios médicos del club y la MAZ si se nos requiere".
No escatima elogios para el jefe del Departamento, el doctor García Pequerul, "gran cirujano y gran persona. Te enseña y aprendes, y da un gran valor al trabajo en equipo. Y para mí, la MAZ es una clínica que no me hace ambicionar ningún gran hospital. No se puede estar con mejores cirujanos ni operar mejores casos".
Daniel Chaverri Fierro disfruta con la idea de mejorar la vida de cada paciente, se enternece con los ancianos que acuden con fracturas de cadera y exigen la máxima versatilidad del cirujano. Y es bonito "recuperar a los pacientes jóvenes que están en plenitud. Siempre hago lo que puedo, y por eso disfruto especialmente al contribuir a que los deportistas recuperen su condición. Y, si son de la Sociedad Deportiva Huesca, me gusta pensar que contribuyo a otra causa que está en mi corazón". Razones de quien convirtió las operaciones de Hugo Vallejo y Javi Mier en una pequeña obra de arte, de ciencia, de tecnología y de habilidad.