El pasado domingo, una quincena de barranquistas del Club de Montaña Nabaín, nos dirigimos al barranco de las Palomeras del Fornocal, en plena sierra de Guara y a escasos kilómetros de Colungo.
Con esta actividad, que abría las salidas promocionales de barranquismo de este año del club sobrarbés, dando continuidad al curso de formación que realizamos hace unas semanas en Boltaña, pudimos disfrutar de lo que, para alguno de nosotros, era nuestro primer barranco con agua.

Un nutrido grupo de barranquistas nos dispusimos a atacar la cabecera sobre las de diez de una mañana algo nublada, pero con nada de calor. Los primeros metros del descenso presagiaban estrechos pasos que nos obligaron a progresar con la llamada técnica de la oposición y que lentamente (y con algo de esfuerzo) fueron superados, no sin poca dificultad por unos neófitos en estos menesteres como el que suscribe. Tras varios destrepes, resaltes y estrecheces, llegan los primeros rápeles, de entre cinco y de hasta siete metros, alguno realmente encajonado pero espectacularmente bonitos, con tramos de casi total oscuridad debido a lo encajonado y profundo que es este barranco.

Un descenso asequible para unos principiantes como algunos de nosotros, con algunas dificultades, que se superaron gracias a las indicaciones de las fantásticas/os instructoras/es que nos acompañaban y guiaban, ¡muchas gracias!
Barranco de notable belleza y con un paisaje muy interesante y no muy largo, apenas 300 metros.
El retorno, algo más fatigoso, ya que se tiene que trepar hasta la carretera y llegar a los coches, lo cual hizo más que merecedor el posterior refrigerio del que dimos buena cuenta en Colungo.
Lo dicho, un día magnífico.