Écija, 15 de junio, con el golazo de Roberto García empezó el súper Huesca del FSSR hace 17 años

Un partido épico contra todas las adversidades marcó la entrada del club azulgrana en el fútbol profesional por la puerta grande

15 de Junio de 2025
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El golazo de Roberto, propio de un crack, que allanó el ascenso a Segunda División
El golazo de Roberto, propio de un crack, que allanó el ascenso a Segunda División

15 de junio de 2008. Toda una epopeya. Écija era el destino. En aquel estadio no cabía un gramo más de hostilidad. Buscando un valor del fútbol, que es plasmar el espíritu de superación en la máxima ambición, se sucedían algunas escenas francamente agresivas, fuera y dentro de las gradas. Aun con todo, la marea azulgrana no se arredró y no cedió en su ánimo a su equipo, ese día de blanco y verde. En el banquillo, Onésimo, puro nervio de extremo veloz, reclamaba cabeza a los suyos. No quería más contratiempos que los imprescindibles.

Con dos goles de ventaja de El Alcoraz, el tórrido calor no era sino el indicador de la temperatura de las aficiones. Apretaba aquel Écija de Nogués que tenía futbolistas sobresalientes como Nolito (¡vaya carrera desplegaría!), Luna o Xisco Campos, que hollarían los céspedes de Primera División y el primero vestiría la camiseta de la Selección Española (y del Barcelona, y el Manchester City, y el Sevilla, y el Celta). Contenía bien aquella defensa de cinco con Robert, Dorado, Borrego, Corona y Ripa. Ayudaban en el centro Lalo, Edu Roldán, Miguel Rico y Lluis Sastre. Y Roberto García era el terror cada vez que buscaba un control con su calidad.

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Todo empezó a complicarse en el minuto 65, cuando un centro desde la derecha llegó a Nolito, quien remataba hacia la red de forma poco ortodoxa pero efectiva. Écija era pura efervescencia, sus futbolistas calentaban unas gradas que no necesitaban ni un ápice de calor para bullir. Eduardo se acrecentaba en portería y el Huesca se replegaba. El margen era de un gol y la expulsión de Chechu Dorado por falta como último jugador sembró la inquietud. Era el 90.

Aquellos cuatro minutos fueron uno de los periodos más largos de la historia del club. El equipo estaba ascendido pero un tanto del Écija hubiera llevado a la igualdad de la eliminatoria. En el 94, Robert rescató el esférico, vio a Roberto García y le sirvió por alto. El ariete, como los buenos toreros, paró, templó y mandó. De arriba hacia abajo, regate a su marcador y, con una sutileza del crack que era, alojó en la escuadra el cuero negando cualquier opción a Zigor. GOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLL.

La explosión de júbilo en la grada del Huesca queda para el recuerdo de todos, con los jugadores mimetizados en un océano de abrazos. El Huesca abrazaba el fútbol profesional y la ciudad se echaba a la Plaza de Navarra para celebrarlo. Recordarlo inunda cualquier cuerpo de escalofríos. Al día siguiente, la primera gran celebración en el balcón del Casino Oscense. Un sueño cumplido. Aquella locura que habían prometido Agustín Lasaosa y José Antonio Martín "Petón" se había cumplido. Aquel día el periodista se desató y habló de Primera División. Nadie le creímos, ni tampoco a Agustín cuando lo decía con voz contenida.

Écija era el destino. Écija fue el punto de partida. Desde entonces, 16 años en el fútbol profesional, con el intermedio de la 2014-2015 que también concluyó jubilosamente con el ascenso ante el Huracán en El Alcoraz. Luego, vendría lo de Lugo. Llegaría el primer ascenso y la gloria pandémica. Desde entonces, Huesca está entre los grandes. Y cada 15 de junio celebrará la gesta de Écija, donde nadie rebló, donde se empezó a edificar una historia maravillosa. Con mucha humildad. Sin renuncia alguna. FSSR.

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