Eder Mallo, un animalico que tropieza dos veces en la misma piedra

Duplicar la prolongación de seis minutos en los que sólo ha pasado el gol de Hugo Vallejo es una desproporción

11 de Mayo de 2025
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Equipo arbitral con Eder Mallo y capitanes
Equipo arbitral con Eder Mallo y capitanes

No es cuestión de alcanzar extremos en las valoraciones, porque un partido como el de Albacete se sustancia en muchos matices: la falta de acierto en la multitud de oportunidades, la escasa contundencia en la defensa en los últimos minutos e incluso, remontándonos al origen, la distendida primera mitad de los de Antonio Hidalgo. En cuanto al árbitro, ha estado correcto hasta el minuto 106 y horroroso desde entonces, y entonces uno se pregunta si no ha aprendido de su nefanda experiencia en el Nástic-Málaga.

Sin necesidad de comparar, este pobre animalico ha sido llevado incluso a los juzgados por aquel arbitraje en el que llegó al minuto 122, justo hasta que marcó el Málaga, que puede ser una apreciación interpretable aunque el dato es objetivo. Este bilbaíno policía local castellanoleonés no tiene muy bien asimilada la dimensión del tiempo. Si das seis minutos, alma de cántaro, prolonga uno, quizás dos, aunque más allá del gol de Hugo nada ha trascendido. Kofane ha empatado en el 99 (según los comentaristas de Movistar, que por otro lado no han dado trascendencia a duplicar la prolongación. tras fuera de juego) y ha ganado en el 101 o 102. Desmesurado, desproporcionado. Y, sobre todo, innecesario, que es la justificación de la teoría de la estupidez de Cipolla. El animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y las que sean necesarias.

Es una evidencia que el Huesca lleva muchos partidos en los que ha sufrido decisiones arbitrales controvertidas, especialmente aquellos tres desde Burgos hasta Santander en que los tres peores trencillas de la Hypermotion hicieron labor de erosión de cualquier expectativa de ascenso, minando las fuerzas de los de Hidalgo e incidiendo directamente con arbitrariedades (en el fondo, es la misma etimología). Y, sin embargo, lo de esta tarde en el Carlos Belmonte no me parece sino la innecesaria pereza de estar concentrado para no incurrir en injusticia. Sin mediar lesiones ni circunstancias extrañas, duplicar -y más cuando es de seis- la perpetuación y que tenga una incidencia determinante es inaceptable. Y más con el agravante del Nástic

Sí, definitivamente sí. Eder Mallo ha sido, más allá de otras consideraciones internas o el grado de ingenuidad de algunos de los nuestros, influyente en el marcador, sin atribuirle mala fe. No hace falta. Hoy mismo, Arturo Pérez Reverte dejaba esta perla que escribió en el pasado: "Hay tontos inofensivos que están ahí y no pasa nada. Incluso hay tondos adorables a los que coges cariño. Que son buena gente. En su mayor parte no tienen la culpa de serlo, aunque muchos lo trabajan y mejoran cada día con admirable tesión. Basta con ver el teleidario: de todos ellos, la variante de tonto con voz pública o parcela de poder es vitriolo puro. En un abrir y cerrar de ojos pasan a ser peligrosos y pueden desrozar un país, la convivencia, la vida. No por maldad, sino por el lugar que ocupan y las decisiones que toman".

Mi padre, que de esto sabía un rato como buen guardia civil, lo manifestaba así: "Hay tontos que parecen tontos, y hay tontos que tontos son. Y hay otra clase de tontos que son los que joden la procesión". Pues eso, Eder Mallo no ha aprendido, y no creo que haya sido con intencionalidad. Pero tanta reiteración, pone a prueba la filosofía del Huesca, que, sin embargo, caiga quien caiga, no rebla.

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