De un doble descenso, a un posible doble ascenso. Ebro y Robres. Robres y Ebro. Es un binomio inseparable y esta temporada es la de la alegría. El CD Robres está a un paso de conseguir el objetivo del ascenso a Tercera RFEF. Hace dos años tuvo que descender pese a ser campeón de Tercera por la filialidad que tiene con el Ebro, que caía desde la Segunda RFEF. Ahora es al revés: el Ebro ya ha ascendido y el Robres está en plena disposición de ello. Es líder con 70 puntos a falta de tres jornadas para el final. Las cuentas que hacen en el club son claras: con cuatro puntos serán campeones. El Robres recibe este sábado al Altorricón (17:00h).
Miguel Ángel Lacruz, presidente del club, comenta que la idea "es la de siempre: tener un equipo muy joven con el que empiezas y necesitas unos meses de adaptación. Hay que ir partido a partido y la clave es el cuerpo técnico y los jugadores".
Hay que recordar que el Robres sigue luchando en los despachos la sanción impuesta por el Comité de Competición por la supuesta alineación indebida en el partido ante el Casetas. El club monegrino ha ido hasta el final, llevando el caso hasta Madrid. "Somos precavidos con ese tema. De momento no sabemos nada, pero esperábamos tener una respuesta hace días", explica Lacruz.
En cualquier caso, el presidente le quita hierro al asunto, pues "desde el primer día no contábamos con eso y nos olvidamos. No puedes depender de una decisión de un despacho. El fútbol es fútbol y hay que ganar partidos. Es una pena porque los chavales y el cuerpo técnico que trabajan todos los días, el que no se ve con personas que hay ahí toda la temporada, es una pena que no pudieran disfrutar de un ascenso por la decisión de un despacho que vete a saber lo que sabe. Lo veo triste. Se ha visto que el equipo lo ha dado todo al cien por cien".
Ensalza el trabajo de Diego Allueva y todo su cuerpo técnico. "Se adapta y se ha adaptado perfectamente al rol que tiene el Robres. Queríamos estar ahí arriba y esperar que el Ebro ascendiera. Teníamos que estar a tiro de piedra. El año que ganamos la liga en Tercera, desgraciadamente, tuvimos que descender, pero es algo que ya se sabía al firmar estas filialidades. Hay que asumir los riesgos", resume.
En las últimas temporadas el equipo ha estado siempre compitiendo con los mejores de su categoría y eso, sin duda, ha atraído a los vecinos a San Blas. "Desde siempre ha habido mucha afición aquí en el pueblo. Ha habido mucho trabajo detrás en los últimos años. Se trata de que cuando la gente vaya a ver el fútbol se sienta orgullosa. Por eso luchamos y por eso estamos ilusionados. Si subimos a Tercera es un premio para toda la gente que ha estado y está".
Haciendo cuentas, recuerda que, en los últimos tiempos, del Robres al Ebro han subido a jugar unos 26 o 27 jugadores. "Somos un equipo sub 23 y quizás estos chavales, que saben que tienen una gran oportunidad, en otros sitios no tendrían cabida. En los últimos años la gente se fija en el Robres, somos un trampolín. Ese es el premio que te llevas; que los jugadores crezcan. El trabajo de un equipo grande trasladado a uno pequeño se nota mucho. Estar en una estructura así se nota y ves otras cosas que antes no veías", concluye.