El estajanovismo como método para la salvación

A cada jugador, le ha inyectado la convicción de sus fortalezas, pero le ha añadido que en sus valores sólo tributa si se emplea a fondo

14 de Enero de 2024
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Once del Huesca en El Molinón
Once del Huesca en El Molinón

Que el Huesca está en economía de guerrillas, con los recursos mermados, ya ni cotiza en su discusión. Ahora, de lo que se trata es de concebir la fórmula para salir de este atolladero para que la parte deportiva ofrezca los mejores resultados para compensar las carencias con las virtudes con las que extraer unos rendimientos sobresalientes, que en este caso consisten en consolidar un hito que se ha conseguido, cuatro meses más tarde, en esta sesión vespertina con el muy meritorio empate en el Enrique Castro Quini-El Molinón, un nombre que en sí mismo impone.

En el estadio de uno de los grandes aspirantes a pelearse por el ascenso, se han constatado algunas verdades que empiezan a ser incontrovertibles. La primera, que Hidalgo es la estrella de la Sociedad Deportiva Huesca. La segunda, que el equipo necesita más efectivos para tener unas mínimas garantías -si es que en el fútbol las hay- de salvar el cuello con solvencia. La tercera, que la segunda vuelta se puede hacer muy larga por la gran carga de los jugadores (dolía ver en el césped a Javi Martínez o a Hugo Vallejo saliendo del terreno por molestias musculares, o a Obeng impotente por su limitación física), porque la plantilla está cogida con pinzas. Y, la cuarta, que la disponibilidad económica es la que hay y, con lo poquísimo que se pueda fichar, hay que acertar sí o sí, porque apenas hay más que una bala para dar en el blanco. Así que yo recomendaría a compañeros de profesión y amigos de redes sociales que no se dediquen a la elucubración hiperbólica, porque el dinero para contratar es el que es, ni más ni menos. Y engendrar falsas expectativas conduce a la frustración.

Y, sin embargo, salir del puesto de descenso tras el famélico escenario que se encontró el granollerense es un reconstituyente que nos señala que el librillo del entrenador es el adecuado. Que tiene su punto de jugador de ajedrez, de componedor de puzzles, de psicólogo y, sobre todo, de estratega estajanovista. Me explico. Alexei Stajanov fue el islote que predicó en el desierto de la URSS comunista a favor de la productividad, hasta que un buen día Stalin escuchó al minero y se entusiasmó. Además de preconizar que había de remunerarse en relación al rendimiento para acabar con un igualitarismo destructivo, Stajanov abogó en 1935 por la complementariedad para alcanzar un resultado óptimo. Así, un minero extraía sin denuedo el carbón, otro lo colocaba en la carreta, otro apuntalaba el techo con el soporte y el cuarto sacaba y metía el poni, además de sustituir el pico por un taladro.

Antonio Hidalgo está siendo Stajanov y su equipo trabaja con método estajanovista, que aunque etimológicamente no coincide con el desempeño a destajo, confluye en la idea de abrazar el tajo final. A cada jugador, le ha inyectado la convicción (como en las inteligencias múltiples de la psicología positiva) de sus fortalezas, pero le ha añadido que en sus valores sólo tributa si se emplea a fondo. Y, así, ha cambiado la faz complaciente de futbolistas acomodaticios que ahora expresan en sus rasgos la tensión de quien sabe que se juega algo importante y también ha trocado el desánimo pretérito por una autoconfianza que es el motor que exprime hasta la última gota de esfuerzo. Y los que parecían unos paquetes, en realidad, eran deportistas carentes de la precisa motivación (en el sentido estricto del término, sin motor que les propulsara), mientras los fríos eran esquimales aislados que no conocían el gustito que da la calidez. Y, así, pieza a pieza, el mecano va reconstituyéndose aunque sabemos que, en una tensión excesiva, puede haber una fatiga de materiales. Y, cuando esto sucede, hay que poner unos masajes, mucha inteligencia y algunas oraciones. Conseguido el paso intermedio de salir del infierno, hay que ir probando las zonas templaditas. Hemos metido un piececito y las primeras aguas reconfortan. Stajanov Hidalgo, prosiga su magisterio. Y que cada pieza encaje en su mejor versión.

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