Con una medalla de plata en el Campeonato de España Sub-23, pero plata de ley, ha despedido la temporada este sábado Eva Rico. Ha sido algo más que el adiós a un año complicado. Porque esta carrera de los 10.000 metros marcha, de las 25 vueltas al anillo, han supuesto el adiós a los tres años que la atleta oscense ha permanecido en el CAR.
En efecto, un par de días antes del Campeonato de España absoluto que tuvo lugar en La Nucía, la Federación le comunicó vía email (así, como suena, sin más explicaciones) a Eva Rico que se daba por concluída la beca y con ella su estancia en la Blume madrileña. Tuvo que hacer de tripas corazón para correr y estas dos últimas semanas, fuera ya de la órbita de quien ha sido su entrenador estos años en el CAR, José Antonio Quintana, la marchadora ha seguido las pautas que le ha marcado su "descubridor" en el Intec-Zoiti, Ángel Ruata, por quien siente un agradecimiento y una devoción especial.
Como se preveía, no ha tenido mucha historia la carrera. Lucía Redondo ha sido muy superior y ha dominado de principio a fin para hacer su mejor marca en la distancia (45.34.89) y Eva Rico ha conservado la segunda posición en todo momento sin verse apurada y también ha hecho su mejor marca (47.14.05).
Para Eva Rico ha sido toda una prueba de fuego porque ha tenido que lidiar con muchas emociones en cada paso, en cada metro y en esas veinticinco vueltas. Un año marcado por la rotura del menisco y un proceso de recuperación que se ha prolongado durante diez meses hasta los 20 kilómetros de Cantones, donde mejoró su marca, y el campeonato de España de este sábado.
Pero ha sobrevivido y, más allá de la medalla, ha asegurado al final sentirse "muy feliz". Al cruzar la línea de meta ha ido directa a abrazarse a sus padres y a su hermano -y ha recordado a su hermana en la distancia-, también a la campeona, Lucía Redondo, con la que seguirá compartiendo competiciones en el futuro, aunque ya no entrenamientos. También se ha despedido de Quintana y ha cambiado impresiones con el seleccionador nacional, Pepe Peiró, en un ambiente de cordialidad en el que el preparador le ha asegurado que seguía contando con ella y que la esperaba ver el año próximo en el Campeonato de Europa Sub-23.
"He acabado la temporada con una sonrisa. Se cierra una puerta, pero se abre una ventana", ha afirmado Eva Rico, que tampoco ha ocultado las lágrimas de emoción en esta jornada de despedidas. Está convencida de que "el potencial que tengo sigue allí y termino feliz por haberme sentido arropada en Burgos por mis padres, mis hermanos... toda mi familia, que es mi motor vital, y también por amigos, compañeros, profesores. la Zoiti y toda la gente que en estos años, en las duras y en las maduras, me han apoyado. Esta medalla se le dedico a toda la gente que ha estado cerca de mí".
Aunque seguirá cursando sus estudios de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad CEU San Pablo -lo hará a distancia por las facilidades que le han dado, motivo de agradecimiento-, cambiará su escenario de entrenamientos, todavía por decidir. "Ahora hay que descansar y buscar la brújula que me guíe y que me sepa exprimir ese potencial del que ni yo misma sé hasta dónde puede llegar".