En el atardecer de este martes 27 de mayo nos ha dejado todo un señor del atletismo. Ha fallecido en Huesca José Armisén, cumplidos los 90 años el pasado mes de marzo, genio y figura, bondadoso y generoso hasta el extremo en el esfuerzo, tanto en el deporte como en la vida. No se le recuerda ni una mala palabra, más bien al contrario, todo buenas acciones.
Durante un buen trecho su vida estuvo ligada al campo. Seguramente el "veneno" del atletismo le entró cuando entró a trabajar en el Patronato Municipal de Deportes y desde un primer momento estuvo al cuidado de la Ciudad Deportiva, donde vivió hasta su jubilación y se ocupó del mantenimiento de la instalación, con un especial mimo y cuidado con las pistas de atletismo, que al fin y al cabo se convirtieron en su segundo hogar.
Armisén se incorporó al atletismo cumplido el medio siglo de vida, ya como veterano. Se puso en manos de José Luis Castán, el entrenador de la Zoiti. Y Castán vio en él un diamante por pulir. Sí, por extraño que resulte decirlo cuando tales aseveraciones se refieren a los más jóvenes. Pero esa misma juventud, dentro de su veteranía, fue un grado para Armisén.

Con una "gran pena" ha recibido Castán la muerte de su amigo del alma. Y con lágrimas ha destacado las enormes condiciones que atesoraba José Armisén para el atletismo. Empezó en el 1.500, donde ya despuntó en los campeonatos de España de veteranos, y poco a poco, tras la propuesta del entrenador, trasladó esas actitudes a la dura disciplina de marcha, una prueba que requiere un sacrificio enorme y una técnica especial, además de un recorrido de años. Pero nunca fue tarde para un hombre que era una fuerza de la naturaleza y que tuvo, apunta Castán, "una dedicación fantástica". De él subraya el técnico su tesón, su fortaleza mental, su constancia, lo mucho y bien que se cuidaba, "y lo mejor, sin duda, fue la personalidad que tenía, todo un ejemplo para los chavales cuando lo veían entrenarse en la pista o competir".
El 17 de abril de 2010 batió el récord de España de 5.000 metros marcha con un tiempo de 35.13.55. Tenía entonces 75 años y lo hizo en "sus" pistas de la Ciudad Deportiva. Aún hoy nadie de la categoría M75 ha mejorado ese registro. Y con él se lo lleva al cielo.
Ni qué decir tiene que ha participado en gran cantidad de campeonatos de España y también internacionales cuando Europeos y Mundiales se celebraban en nuestro territorio nacional, tanto en pista cubierta como al aire libre. Era un fijo de las pruebas de campo a través invernales. También compareció en algún medio maratón.

Y se le recordará por los siglos de los siglos por ser uno de los pioneros de la Carrera de Navidad, que este año cumplirá 45 años. Con sus amigos José Ariño y Miguel Martín abrieron el camino de esta aventura para dar la "vuelta larga" desde el camping de San Jorge. Con el paso del tiempo, pero sin perder su esencia ni sus particularidades -no hay competición y se lleva un ritmo sostenido y en grupo-, esta peculiar carrera se ha convertido en un elemento imprescindible en esta señalada fecha con un crecimiento imparable en participación. En sus últimas apariciones lo hacía como marchador, abriendo el camino y acompañado por su familia. Sus hijos, Sonia y José Luis, siguen colaborando con la prueba y su mujer, Pilar, era también una fiel acompañante en los viajes y en los campeonatos a los que acudía José.
El presidente zoitista, Berti, guardaba también palabras de cariño hacia José Armisén. "Una grandísima persona, todo bondad, con una enorme dedicación a su atletismo de veteranos y ayudando al club en todo lo que podía, con un especial mimo en el cuidado de la pista de atletismo. Empezó a practicarlo desde muy mayor pero lo hizo durante muchos años. Es una gran pérdida".
Vinculado a la entidad y también al área de Deportes del Ayuntamiento, Ramón Cajal ha sido uno de los últimos en visitarle al Hospital Provincial poco antes de su fallecimiento por la estrecha relación de amistad que tenían como trabajadores municipales y atletas. "Solo puedo decir que era un hombre muy entregado a su trabajo, muy buen compañero y como atleta llegó lo más lejos que podía llegar siendo tan veterano".
Y a nivel personal, quien esto suscribe, solo puede tener palabras de gratitud por el trato que me dispensó durante tantos años de contar sus andanzas, que siempre eran hazañas. Hace tiempo que no nos veíamos pero es imborrable el recuerdo la huella de su sonrisa, su gesto amable y los comentarios que hacíamos sobre nuestro estado de salud.
"Ha tenido una vida larga, intensa y también dura, pero con muy buenos recuerdos", me decía su hija Sonia esta misma tarde.
A partir de las 10:00 horas de este miércoles se abrirá el velatorio en el Tanatorio Huesca (Calle Fraga) y el funeral se va a celebrar el jueves a las 10:00 horas en la iglesia de la parroquia de Santiago. Descanse en paz José Armisén y fuerte abrazo a su mujer Pilar, a sus hijos Sonia y José Luis y por extensión a toda la familia del atletismo, teñido hoy de luto.