El serrablés Francho Rufas, que hace dos años se proclamaba campeón del mundo júnior, ha sido espectador de lujo en el Palacio de los Deportes. Su presencia ha sido un punto de motivación para los más jóvenes y también entre los veteranos. El joven arquero, ahora ya inmerso en todas las competiciones internacionales de la Federación Española, ha seguido con atención el desarrollo del Trofeo San Vicente y ha participado en la entrega de trofeos y en la foto de familia de los jóvenes canteranos del Club Almogávares.
“Estoy aquí para ver a todos los niños de la Escuela, tanto de Huesca como del resto de clubes, y ver el buen ambiente que se crea en estos torneos y campamentos interescolares”, ha declarado a EL DIARIO DE HUESCA, porque él mismo de pequeño ya exhibió sus dotes de buen arquero en esta competición vicentina. “Veníamos muchos de Sabiñánigo a participar en este torneo y era un fijo de nuestro club. Y que se vuelva a realizar me alegra mucho y me hace ilusión de volver a ver a tanta gente que hace cuatro o cinco años que no veíamos y motiva”.
Humilde como el que más, resta importancia cuando se le ve como un referente de este deporte en Aragón. “No sé si tanto, pero intento dar buena imagen”.
Tras este fin de semana de “transición”, ahora viene lo fuerte para él. “Estamos preparando un campeonato que tenemos la semana que viene en Las Vegas y cuando volvamos tenemos en Jaén el campeonato de España de sala. Un poco más a largo plazo está conseguir la clasificación para el Campeonato del Mundo que se hace en Canadá y allí mismo conseguir el billete para los Juegos Mundiales”, ha indicado.
No pierde de vista el sueño olímpico, “París 2024 lo estamos intentando, es muy complicado, hay mucha gente de renombre de toda España, pero si no es París lo intentaremos para Los Angeles 2028”.
Afronta ahora su segunda temporada en la categoría absoluta tras su exitoso paso como júnior. “Estamos adaptándonos a competir con los mayores, es cierto que ya lo habíamos hecho alguna vez, pero ya conoces a la gente y el nivel que hay. Es momento de acostumbrarse y de ir afianzándonos en la categoría”.
Y sabe también dónde tiene el margen de mejora. “Yo diría que controlar los nervios. Es algo que nos pasa a todos, tanto a los novatos que estamos empezando a tirar como a los más expertos. Empezar una competición y estar nervioso por ver cómo sale el día o las eliminatorias… controlar los nervios y saber manejar la presión es lo que también trabajamos para mejorar”.
Y rodeado como ha estado de tantos arqueros jóvenes, además también de su madre Isabel Morillo, que ejercía de juez en el trofeo, “les diría que disfruten con el deporte, que se diviertan, se lo pasen bien con sus compañeros, vean que el nuestro, pese a que es un deporte minoritario, aunque somos pocos somos todos muy buenas personas y se lo pueden pasar muy bien con el resto de niños”.