"Fuerza, Patrón". Javi Pérez, tras el primer arreón de júbilo por el gol en el minuto 97, se dirigió a la banda y recogió una camiseta azulgrana con esa leyenda. El detalle no pasó inadvertido y la pregunta era obligatoria: ¿que escondía el mensaje?
La dedicatoria tiene nombre propio. Se trata de Alveiro Bastidas, el utillero de la Sociedad Deportiva Huesca que recientemente ha padecido un serio revés de salud que le ha tenido apartado de la disciplina del Huesca durante días. La preocupación ha dado paso a una esperanza cierta y pronto el venezolano volverá a ejercer sus funciones como responsable del material y atención a los jugadores para que todo esté perfecto cuando salen al campo de entrenamiento o al partido. Es el intendente del conjunto y de las individualidades: colocar la ropa, limpiar las botas, hinchar los balones y, en definitiva, hacer más fácil la vida de los futbolistas.
Labores discretas, inaccesibles a los ojos de los que poblamos las gradas de El Alcoraz, que ejerce con maestría y dedicación sin límite Alveiro, muy querido por los jugadores y que es uno más de la gran familia de la Sociedad Deportiva del Huesca. Porque se le necesita en su mejor versión de energía, lo dicho: "Fuerza, Patrón". Detrás de cada gol, de cada parada del portero, de cada acción, hay un trabajo ímprobo. Y lo firma Alveiro, una suerte para el club.