¿Qué sería de la Quebrantahuesos sin sus voluntarios? Para empezar, sin esa pata fundamental no se podría llevar a cabo. Un año más, la marcha cicloturista se ha desarrollado con total normalidad gracias a la labor que hacen 1.000 voluntarios y que no sólo se desarrolla durante el sábado, el día de la prueba. Los preparativos hacen que muchos trabajen varias horas antes del evento -incluso semanas- y otros intentan que el entorno vuelva a su estado original una vez que ha pasado la carrera.
Manuel ha llegado hasta Sabiñánigo desde Madrid para ser voluntario: “Es una experiencia única, es impresionante y ya lo estáis viendo, es un espectáculo para el pueblo, un día grande para Sabiñánigo”, asevera. Su familia política está en Sabiñánigo y él ha aprovechado para venir y echar una mano. Lleva viniendo muchos años y esta vez no ha sido menos. “El día ha sido espectacular, sol, buen tiempo, calor pero no mucho, con que para los ciclistas está muy bien”, añade.
Maribel Aínsa, madre de Jaime y Alberto Vinacua, dos corredores locales, es voluntaria y no puede estar más orgullosa de sus hijos: “El día ha sido fabuloso, ya era hora de que después de cuatro años fuera así. Había ganas. Soy voluntaria y madre de Jaime y Alberto, yo tenía muchas ganas y es una recompensa para ellos por lo que han disfrutado. Espectacular”.
Enrique Aínsa, el tío de Jaime y Alberto y también voluntario, se muestra orgulloso del “tiempazo” que han marcado sus sobrinos, pues han entrado entre los 40 primeros. “Ha sido un día especial para mí, he participado durante 30 años en esta prueba y ahora estoy como voluntario. Es una fiesta, una prueba referencia en Sabiñánigo y entre todo tenemos que intentar conservarla”, asegura.
Aínsa ha estado preparando bolsas para los participantes y ha puesto carteles para señalizar la zona. Este sábado ha ido en uno de los coches de carrera y el domingo irá a limpiar el recorrido. Y es que “toda ayuda es buena”. Deja claro que, “pese a las críticas que pueda recibir la prueba por gente que a lo mejor se ha visto desbordada, es una prueba referencia. Después de la pandemia y la adversa climatología, este año ha sido un año pleno, de un éxito rotundo. Esperamos que vuelva a crecer como lo venía haciendo”.
Sara y Marina también son voluntarias. Para alguna de ellas se trata de la primera vez participando en la Quebrantahuesos y en esta ocasión han ayudado vendiendo pulseras contra el cáncer y maillots. La primera experiencia, “aunque hace mucho calor, es muy buena porque la gente es muy maja”. Por lo tanto, de cara al año que viene no dudan en afirmar que “repetiremos”.