El fútbol y lo efímero de la vida

Este histrionismo de aire carnavalesco que escenifica una parte de cada afición resulta gracioso

Javier Gil
Periodista, docente y entrenador
22 de Septiembre de 2022
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Ziganda en la rueda de prensa posterior al Alavés 2-1 Huesca. Todo es efímero en el fútbol
Ziganda en la rueda de prensa posterior al Alavés 2-1 Huesca. Todo es efímero en el fútbol

Cientos de juicios alimentan el arranque del Huesca y el Zaragoza, donde lo más sensato, hasta ahora, lo están poniendo los entrenadores Ya comentábamos la última vez que hablamos que tiene poco sentido emocionarse o deprimirse con tu equipo cuando la liga está recién comenzada. Pero es que se vive tanto el fútbol que, en los inicios, somos lo que ocurre en dos jornadas: enganchas seis puntos y sale la palabra ascenso; te quedas sin sumar un par de domingos y ya puedes tirar el carnet.
Este histrionismo de aire carnavalesco que escenifica una parte de cada afición resulta gracioso, particularmente en Twitter, donde acreditados y anónimos sostienen un discurso semanal que va de la cordura al desvarío como quien sale a comprar el pan y se trae sólo el periódico.
Claro que también Rusia iba a ganar la guerra en cuatro disparos, un día se habla de ataques nucleares y otro no, la Reina Isabel era inmortal y Elvis Presley sigue componiendo delicias en algún rincón del mundo. Que la Humanidad ha perdido cierta mesura es incuestionable.
Así pues, me cuesta ponerme las gafas del escrutinio para juzgar al Huesca y al Zaragoza hasta que no haya transcurrido al menos un tercio de la competición. Puedo agarrarme a lo puntual, pero me hago insumiso de la sentencia grandilocuente que nos trae cada tertulia.
Celebro cosas relativamente pequeñas, como el primer gol de Kevin Carlos (he cedido a llamarle como es) en la Segunda División, buenas actuaciones de canteranos o el talante tan saludable que refleja Ciganda. Porque el Cuco se mantiene en una forma espléndida, siempre educado dentro de la discreción, rara vez no tiene una sonrisa en la cara, profesa una fe inquebrantable en lo que hace y convence cuando lo explica. No obstante, sigo creyendo que su idilio con el 4-4-2 es excesivo.
También Carcedo, en el Zaragoza, ha manejado la zozobra inicial con solvencia. Me refiero a aquel problema de salud en pretemporada, unido al flojo arranque del equipo maño, que no le hacía gol a un tren cruzado.
Con tres gramos de paciencia ha bastado para que emerja un Cholito que ha callado la boca, entre otros, al arriba firmante. Claro que aquí uno se ciñe a los argumentos que abren este artículo para no aventurarse con los goles que puede o no meter.

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