La trayectoria de Club 90 de Huesca y Club 2000 de Barbastro ha rebasado ya la prueba generacional que consolida ambas organizaciones. Cristina Perea, Ana Gómez y Nerea Abad militaron en sus filas como jóvenes gimnastas y hoy dirigen las evoluciones de sus discípulas y discípulos. Se suman a la fundadora, Mamen Tornil. El próximo Mundial de Graz (Austria) no es sino la confirmación del trabajo bien hecho, como antes fueron las citas planetarias de París, Budapest, Bulgaria o Helsinki. Tras la pandemia, un soplo de aire fresco en este entente cordial oscense-barbastrense.
Ya están encargados los billetes para el Mundial, tras la salida fallida a Finlandia prevista para junio a una cita internacional de las pequeñas. El miedo por la guerra de Ucrania ha sido una dificultad imprevista. Por tanto, Graz es el siguiente gran reto, del 23 al 27 de noviembre dentro del torneo organizado por la Federación Internacional de Gimnasia Grupal Estética (IFAGG).
Serán 29 las gimnastas de la partida. En 10-12 años se contabilizan 13, en 12-14 otras 9 (todas ellas del Club 90) y el Junior (14-16) del Club 2000 agrega otros 7 en una composición mixta, ya que hay un chico. Se concentran en sus entrenamientos, mientras los padres intentan aliviar con patrocinios las cargas familiares.
La clasificación del primer día en cada una de las categorías determinará los finalistas que no podrán exceder dos por país (se espera que, de España, se agregue algún equipo). Como siempre, entre austríacas, noruegas, francesas o españolas (junto a otras representaciones) sobresalen en las previsiones las rusas y las finlandesas. Las primeras, "por su tradición de danza, ballet y gimnasia, además de su tipología adecuada para este deporte", expone Cristina Perea, entrenadora de la delegación altoaragonesa. En el caso de las finlandesas, porque de hecho en el país finés se encuentran los orígenes de la gimnasia estética de grupo.
En cualquier caso, tanto el Club 90 como el Club 2000 conciben la participación mundialista como "un premio. Somos un proyecto educativo que busca en el deporte los valores del compañerismo, el compromiso y la superación, y además estamos felices porque hemos hecho una temporada muy buena". Cristina Perea reconoce que "salir de aquí emociona. Viajan, ven composiciones espectaculares, disfrutan con las mejores del mundo".
RELATO EN MOVIMIENTO
El movimiento, ora armónico, ora transgresor, está pletórico de contenido, de significado. "Cada temporada incorporamos unas temáticas-guía sobre las que nos ejercitamos, que intentamos perfeccionar y que son el vehículo conductor de la gimnasia", asegura Cristina Perea.
En el caso de las junior del Club 2000, el espectáculo está inspirado en El Quijote, en los molinos de viento que se interponen y en los molinos de viento que imitan. En el de las jóvenes de 10-12 años del Club 90, es la lectura y su invitación a enriquecer el mundo interior el asunto central. Y las oscenses de 12-14 ejecutan la dualidad entre la igualdad y la diferencia, el valor de la diversidad, "todos somos iguales pero diversos".
El deporte y la gimnasia elevados a relato sin límites a la imaginación. Humanidad en movimiento. Hasta Graz, unas jóvenes de Barbastro y Huesca trasladan su talento para someterse al simple escrutinio del trabajo pulcro y esforzado.