El valle de Aragüés del Puerto está situado en la provincia de Huesca, este enclave en su cabecera tiene ubicados una serie de picos de gran envergadura y belleza, el más conocido de ellos es el pico Bisaurín que con sus 2.666 metros preside este cordal montañoso.
En esta ocasión el grupo Travesías Pirenaicas de Peña Guara tiene la intención de subir al pico Bernera de 2.432 metros, que visto desde el refugio de Lizara (1.500 metros), se encuentra justo a la derecha del pico Bisaurín y separado por un singular barranco que también tiene como nombre Bernera.
El macizo de Bernera es una mole con varias cimas que en comparación con el Bisaurín son muy poco frecuentadas ya que están bastante aisladas. Cualquiera de sus rutas de ascenso requiere de una buena orientación por alta montaña ya que está rodeado de tremendas cortadas que en caso de confusión orientativa puede dar lugar a un fácil enrriscado o problemas.
Nosotros en esta ocasión lo ascendemos de izquierda a derecha. Comenzamos el ascenso partiendo del refugio de Lizara, situado en un lugar clave para todo tipo de ascensos y excursiones algunas de gran nivel como la de hoy. Llevamos equipo de nieve porque la parte alta de la excursión está todavía rodeada de neveros.
Poco después de pasar el refugio seguimos siempre en ascenso hasta llegar a un pequeño refugio forestal y después proseguimos por el barranco de Bernera hasta la altura donde está el refugio de Bernera, en este punto abandonamos el sendero que se dirige al valle de los Sarrios para seguir a la derecha por una inclinada ladera después de cruzar el barranco.
Después nos toca esforzarnos para realizar algunas trepadas que nos meten de lleno en una inclinada canchalera de piedra suelta con un nevero a nuestra derecha que después nos toca atravesar. Justo donde termina ese nevero nos encontramos con un lapiaz de grietas que parece salido de una película de ciencia ficción, nos dirigimos hacia la cima que es una zona de hierba mucho más amable para nuestros pies.
Ya en la cima principal (2.432 metros) hacemos una parada para comer y algunas fotos, aunque tenemos una gélida niebla que nos hace poner los plumas. Desde aquí vemos el descenso con cierta incertidumbre ya que parece imposible rodeados de paredes a nuestro alrededor y neveros de inclinaciones impracticables.
Comenzamos el descenso buscando un punto débil en esta montaña, y tiene bien pocos, así que con mucha pericia vamos descendiendo por un caos de bloques y grietas rodeados por neveros que vamos sorteando hasta que ya no queda otra alternativa que colocarnos los crampones, sacar el piolet y proseguir el descenso atravesando un valle inclinado siempre con el Ruabe de Bernera a la izquierda y la Llena del Bozo al frente.
Ahora no podemos descuidar la orientación ya que alrededor todos son paredes y abismos, llega un momento que termina la continuidad de la nieve y nos quitamos los pinchos de los pies.
Desde aquí descendemos por un barranco que nos hace poner las manos hasta una cascada de una belleza y fuerza que conmueve la vista y el ánimo. Al otro lado del barranco en una helera inclinada y en medio de un nevero vemos una manada de sarrios que juegan con la nieve como si la gravedad no tuviera importancia para ellos.
Nos ponemos en marcha de nuevo y atravesamos un paso con cadenas que poco después nos deja en el collado del Bozo (2.010 metros). Desde aquí solo queda descender los 500 metros de desnivel que quedan hasta el refugio donde tenemos los vehículos.
Los datos técnicos de la excursión hoy son 1.100 metros de desnivel unos 13 kilómetros de actividad para unas 8 horas de travesía.
