En casa de los Macalou solo reciben buenas noticias. Moussa y Ñama, dos hermanos barbastrenses, están dando mucho que hablar. Uno es de judo, otro es más de fútbol. El mayor, Moussa, acaba de conseguir la medalla de bronce en el Campeonato de España de judo. Ñama, el más joven, pertenece a la plantilla del División de Honor Juvenil de la SD Huesca y ya ha completado varios entrenamientos con el primer equipo a las órdenes de Cuco Ziganda.
Madrid vio el sábado como se coronaba sobre el tatami. "Fue una competición bastante chula. Me sentí súper bien. Lo único que me faltaba este año era llegar y sacar las medallas. Sí que anteriormente saqué la medallas de Barcelona que salí muy contento", explica Moussa. En un año "más duro" en lo personal, el judoca ha logrado una medalla que tiene mucho valor. Sobre todo porque era "complicado" por el sorteo, que "era bastante duro". El peso -73kg ya es de por sí un pesaje de mucho nivel. "De ahí podía salir campeón de España cualquier persona; era quien tuviese bien el día y el más listo".
Su perfil de Instagram se llenó durante el fin de semana de felicitaciones de amigos y conocidos, la mayoría desde su querido Barbastro. "Es muy bonito, me alegra mucho. Es un orgullo poder representar a Barbastro, a tu pueblo. Dar estas alegrías a todo el mundo".
Ñama, el hermano menor, estudia Magisterio en Huesca y compagina los estudios con el fútbol. Es una de las piezas importantes de Víctor Izuel en el Juvenil A de División de Honor y la semana pasada volvió a completar un entrenamiento con el primer equipo. Lateral o carrilero diestro, se formó en la cantera barbastrense y dio sus primeros pasos en la Peña Ferranca, en Regional Preferente. "Le va muy bien y está bastante contento. Voy hablando con él de vez en cuando. Mi hermano es reservado, como yo. Somos callados para nuestras cosas. Sé que antes de la Copa del Rey le dieron la oportunidad para ver cómo se manejaba con el primer equipo y salió bastante contento. Le hizo ilusión", dice Moussa.
Uno en el fútbol y el otro en el judo, ambos llevan una vida muy ajetreada. Es lo que requiere la élite. Aunque Moussa está más lejos de casa al vivir en Madrid, "los dos llevamos nuestras vidas y estamos todo el día entrenando". El sábado, sin ir más lejos, fue la competición y ayer domingo ya estaban de nuevo de concentración. Ñama disputó su partido con los azulgranas el sábado ante el Cornellà, con resultado final de empate a dos. "Entrenamos mañana y tarde", explica.
Sobre la competición del sábado, recuerda que su madre le dijo que estaba muy "nerviosa" y casi no durmió la noche de antes porque sabía que era una competición importante. "Cuando la llamé le dí una alegría muy grande". Y confiesa que en su casa se ve más fútbol que judo. "Mi hermano, en casa, antes de que se fuera a Huesca, siempre estaba con el fútbol en la televisión y mi madre se acabó informando. Yo, en cambio, tampoco hablaba mucho de mi deporte. El judo no se retransmite con tanta facilidad y el fútbol en España es el deporte principal".
Con la medalla de bronce ya colgada en el cuello, a Moussa le toca seguir entrenando pero con un parón en Navidad de por medio. La semana que viene habrá momento para hablar de las siguientes competiciones y "sabremos los objetivos". Mientras, tiene una máxima muy clara: "trabajo y más trabajo". Por eso, el "mejor consejo" que puede dar es el "sacrificio, la constancia y esa disciplina". Ya sea el fútbol o el judo. "La vida ya es suficientemente dura por lo que hay seguir siempre hacia adelante".