Los aficionados de la Sociedad Deportiva Huesca que se desplazaron hasta Ceuta para el partido en el Alfonso Murube, y unos cuantos que residen en la ciudad autónoma, la han descrito como un lugar extraordinariamente hospitalario en el que la convivencia resultó absolutamente ejemplar.
Lo único que faltó, para completar la felicidad, fue no volver de vacío, pero ese es un cantar en el que no intervienen los aficionados azulgranas ni tampoco los de Ceuta, que se mostraron acogedores al máximo de tal manera que la expresión más común entre los foráneos era: "Nos han tratado de lujo, mejor imposible". Es lo que tiene la afabilidad, que convierte ciudades desconocidas en destinos a los que retornar.
Todo fue redondo, incluidas la gastronomía y ese acento andaluz que siempre pone la pizca de alegría a cualquier conversación. Tanta amabilidad queda constatada en la fotografía en la que posó el alcalde-presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, un mito dentro de la ciudad por su permanencia como máximo responsable. Con una sonrisa amplia, Vivas disfrutó de la previa en la entrada del Alfonso Murube sin escatimar ni un esfuerzo ni una indicación.
Una expresión espectacular de esta afabilidad fue la conversión del hermoso Himno del Sevilla, de El Arrebato, para su adaptación al Huesca, con acento andaluz. Ahí va la letra: "Y es por eso que yo voy a verte/ y del Huesca seré hasta la muerte/ San Jorge se rinde orgulloso/ de ver a su Huesca, a su Huesca jugar/. Ole con ole, viva Aragón/ Os espero aquí a la peña". No faltaba ni siquiera la publicidad postrera.
Luego, lo que aconteció en el césped fue otro cantar, pero la escueta delegación oscense que se atrevió a atravesar el Estrecho de Gibraltar para seguir a su Huesca vino encantadísima y con ganas de que ceutíes devuelvan la visita. Que, igual que se va, se viene. Y siempre es bueno encontrar aficiones de este tenor frente a otras de conductas mucho más toscas.