La SD Huesca quiere reencontrarse con el triunfo este domingo, pero visita una plaza que, en los últimos años, no se le ha dado especialmente bien. Aunque es cierto que tan sólo ha perdido una vez, el Villarreal B siempre ha conseguido rascar algo en el resto de las tres visitas azulgranas.
Lo mejor que ha sacado el Huesca en sus últimos viajes fueron tres empates: en la temporada 2009/10 (1-1), con ambos en Segunda División; en la temporada siguiente repitiendo incluso el mismo resultado y, finalmente, en la 2022/23, con Cuco Ziganda en el banquillo, un 0-0.
Ahora intentará llevarse el triunfo ante el equipo que más encaja de la categoría (36 goles). El encuentro es fundamental, pues a ambos conjuntos tan sólo les separa un punto (24 del filial por los 23 oscenses). La cosa está en ver si el Huesca sabe volver a ganar a domicilio, pues desde que lo hiciera en La Romareda, el pasado 18 de noviembre, a los de Hidalgo se les ha olvidado sumar de tres.
En caso de vencer daría pie a comenzar un mes de febrero con la mejor voluntad, y que se antoja muy intenso con cuatro partidos ante cuatro rivales directos: Alcorcón, Eldense, Amorebieta y Mirandés.
Volviendo al Villarreal B, hay que recordar que el equipo de Miguel Álvarez es el séptimo peor equipo como local de la categoría. Un dato que puede jugar en favor de los visitantes. En La Cerámica, plaza de Primera División que el Huesca visitaba no hace tanto para enfrentarse a su primer equipo, el filial submarino ha cosechado 18 puntos. Por comparar, los azulgranas han logrado 10 en El Alcoraz.